30/04/25 | Noticias
El último informe de la Unión Industrial Argentina (UIA) señala una mejora interanual en la actividad fabril, pero también advierte sobre un crecimiento acelerado de las importaciones, lo que ya empieza a reconfigurar el escenario logístico de abastecimiento, transporte y almacenamiento.
Según el informe de Coyuntura Industrial Nº03/2025, la producción industrial creció +5,6% interanual en febrero y se estima un crecimiento de alrededor del +7% interanual en marzo. De esta forma, la industria acumula tres meses consecutivos de recuperación tras un largo período de caída, aunque el avance es dispar entre los diferentes sectores.
Mientras que áreas como maquinaria y equipo (+33,6% interanual), otros equipos e instrumentos (+37,2% interanual) y vehículos automotores (+14,7% interanual) mostraron signos de crecimiento sostenido, otros sectores como productos de metal (-11,4% interanual) e industrias metálicas básicas (-10,5% interanual) continúan en retroceso. Esta heterogeneidad tiene efectos directos sobre la logística interna, ya que determina distintas demandas de transporte, abastecimiento y almacenaje según la dinámica de cada sector.
Importaciones en alza: presión sobre la logística internacional
Uno de los fenómenos más relevantes que destaca el informe es el fuerte aumento de las importaciones de bienes de consumo (+75,7% interanual) y bienes de capital (+74,1% interanual) en marzo. En particular, las compras desde China aumentaron un 86,7%, consolidando a ese país como el principal origen de las importaciones industriales del mes.
Esta situación impacta de manera directa en la logística internacional. El incremento en la llegada de bienes terminados, especialmente a través de servicios de courier (+183,3% interanual en la categoría “Resto”), genera una mayor presión sobre los servicios de transporte marítimo y aéreo, así como en la operatoria portuaria y aduanera.
Además, la necesidad de agilizar procesos de recepción, clasificación y distribución en centros logísticos obliga a reforzar las capacidades de infraestructura y a optimizar las soluciones de almacenamiento, especialmente frente a un flujo de productos más diversificado y dinámico.
Exportaciones en tensión: nuevos desafíos logísticos
Si bien las exportaciones de manufacturas de origen industrial (MOI) crecieron un 13,1% interanual impulsadas por el material de transporte terrestre, la dinámica comercial con Brasil mostró signos de debilidad. Las exportaciones hacia ese país cayeron 17,5% en marzo, mientras que las importaciones desde Brasil aumentaron 43,3%.
Esta asimetría comercial impacta en las cadenas logísticas tradicionales del Mercosur. Al disminuir las cargas de exportación, se reducen también las oportunidades para optimizar los retornos de los transportes internacionales, incrementando los costos logísticos y obligando a reconfigurar rutas y contratos.
Cambios en la logística interna: sectores en movimiento
A nivel nacional, la recuperación de sectores como maquinaria y equipo, automotriz, cemento y acero genera nuevas dinámicas logísticas. El crecimiento de la producción de acero (+34,8% interanual) y cemento (+17,1% interanual) implica un mayor movimiento de cargas industriales pesadas, mientras que la expansión de la maquinaria agropecuaria y automotriz dinamiza la demanda de componentes y partes.
El transporte terrestre especializado, la coordinación de tiempos de entrega y la gestión eficiente de stocks cobran una importancia renovada para acompañar estos sectores en crecimiento. Las empresas logísticas deben adaptarse a mayores exigencias de precisión, trazabilidad y capacidad de respuesta.
Perspectivas: una logística en transformación
El panorama industrial que dibuja el último informe de la UIA plantea oportunidades y desafíos para el sector logístico. Por un lado, la recuperación de la actividad impulsa el volumen de operaciones y abre espacio para nuevos servicios de valor agregado. Por otro lado, el avance veloz de las importaciones y la volatilidad de las exportaciones obligan a diseñar estrategias más flexibles, tecnológicas y resilientes.
La capacidad de anticipar los cambios en la demanda, optimizar los recursos y adaptarse a ciclos económicos heterogéneos será clave para quienes buscan consolidarse en un escenario logístico cada vez más competitivo.
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