22/04/25 | Internacional
La Organización Mundial del Comercio (OMC) advirtió en su más reciente informe de perspectivas comerciales que el volumen del comercio mundial de mercancías podría contraerse un 0,2% en 2025, revirtiendo las previsiones de crecimiento realizadas a comienzos de año. Este retroceso, atribuido a un incremento de aranceles y a una mayor incertidumbre en las políticas comerciales globales, plantea serios desafíos para la logística internacional y las cadenas de abastecimiento.
Según el análisis, el cambio de escenario se debe, en gran parte, a la reactivación de medidas proteccionistas en Estados Unidos y a una posible expansión del clima de inestabilidad hacia otras regiones. Si se implementaran completamente los aranceles recíprocos suspendidos por ese país, junto con una mayor difusión de incertidumbre comercial, la contracción del comercio mundial alcanzaría el 1,5%.
En este contexto, los servicios logísticos —desde el transporte hasta el almacenamiento y la distribución— sentirán el impacto de forma inmediata. “Las caídas proyectadas en el comercio de bienes afectarán directamente la demanda de servicios vinculados, como el transporte marítimo, aéreo y portuario”, señala el informe. De hecho, el comercio mundial de servicios de transporte crecería solo un 0,5% en 2025, frente al 2,9% estimado en un escenario sin cambios arancelarios.
Latinoamérica no queda al margen
En términos de exportaciones de servicios comerciales, la región pasaría de un crecimiento esperado del 2,7% a una caída del 1,1% en 2025, y apenas repuntaría un 1,1% en 2026. Esta desaceleración afectará particularmente a sectores como el turismo, los servicios digitales y el comercio exterior de servicios profesionales, claves en muchas economías latinoamericanas.
En el plano de las mercancías, las exportaciones sudamericanas mostrarían cierta resiliencia: crecerían 0,6% en 2025 (aunque por debajo del 1,4% previsto en el escenario base). Sin embargo, las importaciones sí sufrirían una marcada desaceleración, bajando de una proyección del 6,0% a apenas 5,0%. Estos cambios reflejan la vulnerabilidad de la región ante shocks externos y limitan su capacidad de reposicionarse como hub logístico o comercial.
La oportunidad en la crisis
El informe también destaca una reconfiguración de flujos globales, especialmente por la tensión comercial entre Estados Unidos y China. Se prevé que las exportaciones chinas aumenten entre 4% y 9% en todas las regiones, excepto en América del Norte. Esto podría abrir oportunidades para terceros países, incluidos los menos desarrollados, que compartan estructuras exportadoras similares a la de China, como textiles y electrónicos básicos.
Además, la OMC subraya que, por primera vez, incluyó estimaciones detalladas sobre el comercio de servicios. Se espera que estos representen el 26,4% del comercio mundial, un máximo desde 2005. Aun así, el crecimiento en volumen se verá ralentizado por la baja demanda global, impactando especialmente en los servicios de soporte logístico y tecnológicos.
Por último, los expertos advierten que los efectos de las medidas proteccionistas trascienden el corto plazo. No solo distorsionan los flujos comerciales, sino que también aumentan los costos logísticos, generan volatilidad en las rutas de abastecimiento y reducen la inversión en infraestructura. Esto impone un desafío adicional para las empresas del sector logístico, que deberán adaptarse a entornos cada vez más fragmentados y menos previsibles.
En resumen, el informe de la OMC traza un panorama desafiante para la logística y el comercio exterior en 2025, con impactos ya visibles en la planificación operativa, la capacidad instalada y las proyecciones de crecimiento. Para América Latina, el reto será mantener su participación en un comercio global más volátil y fragmentado, y potenciar su rol estratégico en las cadenas de suministro regionales.
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