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17/04/25 | Noticias

Despachantes de aduana: precisión y actualización constante para agilizar el comercio exterior

Image “Somos responsables de que las operaciones se realicen correctamente, de cumplir con los tiempos y evitar que el cliente tenga costos adicionales", explica Patricio sobre el papel que ocupan los despachantes de aduana en la cadena del comercio exterior. Además, destaca que este rol requiere de un conocimiento profundo de cada cliente y su mercadería.

¿Cuál es el rol del despachante de aduana dentro del comercio exterior?
Los despachantes de aduana somos el nexo entre el importador o exportador y la aduana. Estamos en la primera línea para llevar adelante la importación o exportación de mercaderías. A cualquier hora, porque hay cargas que se mueven muy temprano o muy tarde, y siempre tenemos que estar pendientes de la normativa vigente. Es un eslabón fundamental para la economía, aunque muchas veces no se vea.

El trabajo va mucho más allá de la formalidad. Somos responsables de que las operaciones se realicen correctamente, de cumplir con los tiempos y evitar que el cliente tenga costos adicionales. Hay imponderables que aparecen en cada carga, situaciones que no esperás y que te exigen actuar rápido para resolverlas. Además, nuestra responsabilidad no termina cuando la carga llega al destino: estamos sujetos a fiscalizaciones posteriores y debemos responder por las declaraciones que hicimos.

¿Qué significa ser solidariamente responsable en este contexto?
El Código Aduanero establece que el despachante es solidariamente responsable con el importador o exportador ante cualquier infracción. Si hay un contrabando, una mercadería sin declarar o algún perjuicio fiscal, respondemos igual que el cliente. Somos condenados o absueltos junto con ellos, sin distinción. Por eso es fundamental conocer no solo la normativa, sino también al cliente y su mercadería.

Conocer a fondo al cliente implica estar al tanto de las normativas específicas que impactan en su actividad, tanto en importaciones como exportaciones. Estar informados nos permite anticiparnos a posibles inconvenientes y asesorar de forma proactiva para evitar errores que puedan derivar en sanciones.

¿La normativa cambió mucho desde que comenzaste a trabajar?
Sí, totalmente. Cuando empecé, la normativa permitía rectificar declaraciones aduaneras. Si había un error, se podía corregir la declaración y, en caso de que correspondiera, se abonaba la diferencia en ese momento. Pero desde la implementación del sistema María en 1995, esto cambió: el error pasó a ser punible con multas, sin posibilidad de rectificación.

Este sistema se mantiene hasta hoy. Se adaptó el Código Aduanero para que funcione así, y no permite correcciones una vez que la declaración fue oficializada. Antes era más flexible, existía la ampliación o rectificación, pero ahora el margen de error se redujo a cero. Es un cambio que nos obliga a trabajar con muchísima precisión.

¿La tecnología ayuda a gestionar esa complejidad?
Sin duda. La tecnología cumple un rol fundamental porque nos brinda conectividad y velocidad en la información. Hoy estamos prácticamente online durante toda la cadena de operación. Implemento grupos de chat para estar en comunicación constante con clientes, con la cadena logística y con los transportistas. El cliente cada vez exige más información en tiempo real, y no podemos quedarnos atrás.

Además, apunto a que todo mi equipo trabaje con esa filosofía. Desde el inicio de una operación hasta la llegada de la mercadería al depósito del cliente, buscamos mantenerlos informados en cada paso. La tecnología nos permite eso: dar trazabilidad a la operación y estar disponibles, incluso con diferencias horarias, como me pasa muchas veces con clientes que están en ferias internacionales.

Según Patricio, la implementación del sistema María obliga a los despachantes de aduana "a trabajar con muchísima precisión" (Foto: Shutterstock)
¿Cómo impacta la flexibilización del comercio exterior en tu trabajo?
Lo que veo es que estamos transitando un camino hacia una mayor apertura. Están bajando derechos de importación y eso va a tener impacto en la industria nacional, que seguramente tendrá que readaptarse. Tal vez complementando la producción local con productos importados y con una baja de impuestos que les permita seguir siendo competitivos y exportar.

Históricamente, siempre nos adaptamos a los cambios de política comercial. Hemos vivido épocas proteccionistas y otras más liberales, y este es un nuevo ciclo. Y ahora, a partir del proceso de salida del cepo cambiario, estimo que veremos un fuerte incremento en las importaciones.

¿Existe especialización dentro del trabajo de los despachantes de aduana?
Sí, aunque por lo general uno tiene que adaptarse a todos los rubros, porque constantemente estás aprendiendo. Cada cliente y cada mercadería implican desafíos nuevos. Existen despachantes que se especializan en determinados sectores, como autopartes, productos del agro o carnes, porque son mercaderías que requieren conocimientos específicos para la correcta declaración.

La realidad es que, si bien estamos preparados para declarar cualquier tipo de mercadería, hay rubros que tienen su complejidad. Además, por una cuestión geográfica, algunos despachantes se enfocan en ciertos sectores productivos que predominan en su zona de trabajo. Y eso también te mantiene siempre en movimiento: el comercio exterior es dinámico, cambia todo el tiempo, y por eso es una actividad que te obliga a estar siempre un paso adelante, aprendiendo y actualizándote. Es una carrera que no se detiene y, para los que la vivimos con pasión, eso es parte de lo que la hace tan desafiante como gratificante.

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