La industria argentina enfrenta un momento bisagra en su relación con el comercio exterior, según sostiene Eugenia en esta entrevista brindada a Movant Connection. En este sentido, señala la relevancia de la importación de insumos y reflexiona sobre los desafíos logísticos y la necesidad de equilibrar la competitividad local con la apertura a mercados internacionales.

¿Cómo se vinculan la industria nacional y el comercio exterior en Argentina?
La industria nacional está profundamente ligada al comercio exterior, especialmente porque muchos insumos que utiliza el sector industrial son importados. Gran parte de nuestro mercado se encuentra en el exterior y, a la vez, los insumos importados resultan fundamentales para la producción local.

Las relaciones con los mercados externos requieren alianzas a largo plazo, especialmente en industrias donde los productos no están destinados al consumidor final, sino que forman parte de proyectos industriales más complejos. En este contexto, la logística juega un papel crucial para mantener las conexiones internacionales, ya que asegura el flujo continuo de insumos y productos.

¿Qué implica desarrollar un nuevo proveedor en el contexto actual?
Desarrollar proveedores es un proceso complejo y a largo plazo, lleno de desafíos. Cuando se exploran mercados nuevos uno de los principales obstáculos suele ser el término de pago. Muchas empresas extranjeras exigen pagos anticipados, lo que puede convertirse en una barrera para las empresas locales que buscan diversificar su cadena de suministro.

El proceso incluye varias etapas, como la importación de muestras para realizar pruebas y certificaciones. Incluso si las plantas de origen cumplen con estándares internacionales, el producto final debe ajustarse a las normativas locales, lo que puede extender el desarrollo de un proveedor hasta un año. Esta planificación meticulosa es esencial para garantizar que los plazos de entrega no se vean afectados y que la calidad del producto final sea la esperada.

¿Cuál es la situación actual de la competitividad industrial en Argentina?
La industria nacional enfrenta una coyuntura desafiante. Esto se da en un marco en el que durante años la falta de acceso a financiamiento y tecnología moderna limitó su desarrollo. Hoy existen mayores oportunidades para modernizarse, por los cambios normativos, pero las empresas argentinas se encuentran ante el desafío de competir con productos importados fabricados en líneas automatizadas y con costos de producción más bajos. Este escenario ha puesto en desventaja a muchas pymes locales, que no cuentan con los recursos necesarios para adaptarse con la misma rapidez.

Sin embargo, hay señales alentadoras. Las políticas recientes muestran una tendencia hacia la simplificación de las normativas de comercio exterior, lo que facilita la incorporación de insumos y herramientas necesarias para modernizar los procesos. La clave para las empresas será mejorar su productividad y optimizar costos internos, no solo para mantener su posición en el mercado local, sino también para buscar oportunidades en mercados internacionales.

¿Qué expectativas tenés para este 2025?
Considero que el 2025 será un año decisivo para la industria y el comercio exterior en Argentina. Por primera vez en años, las normativas están cambiando para simplificar y facilitar las operaciones internacionales, lo que representa una oportunidad significativa para las empresas dispuestas a adaptarse y expandirse. Al mismo tiempo, las amenazas externas, como la competencia de productos importados, seguramente impulsen a las compañías a ser más estratégicas en sus decisiones.

Creo que estamos en un punto de inflexión. Argentina está alineándose con las tendencias globales del comercio exterior, lo que abre nuevas posibilidades de crecimiento. Pero el éxito dependerá de qué tan eficazmente las empresas puedan ajustarse a este nuevo escenario. El desafío será equilibrar la apertura hacia mercados externos con el fortalecimiento de la industria local, que aún necesita tiempo para modernizarse y competir.