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06/06/25 | Noticias

Importaciones de frutas: ¿Qué hay de realidad y qué de fantasía?

Image Las importaciones comienzan a hacerse sentir en el mercado. El atraso cambiario que está sufriendo la economía argentina genera un aumento de costos internos en dólares que, en muchas ocasiones, hace muy difícil exportar para las empresas frutícolas, ya que esos costos no pueden ser trasladados al precio final del producto en las góndolas de otros países porque el consumidor no lo va a convalidar. ¿Cuál es la causa? En los mercados internacionales son muchos los países que pujan y nuestras frutas quedan caras en dólares, por lo tanto, el consumidor, motivado por su sentido común, piensa: a mismo producto, elijo el más económico para mi bolsillo.

Paralelamente, en este mismo escenario, las importaciones comienzan a tener ventajas competitivas en el mercado argentino, desplazando, en algunos casos, a la oferta de producción local.

Esto se observa claramente cuando uno va a una cadena de supermercados o a una frutería de barrio, en donde ya se visualizan en las góndolas distintas especies de frutas que llegan desde terceros países.

Las típicas bananas ecuatorianas, manzanas de Chile, uva de mesa de Brasil, naranjas de Egipto, y como estos, muchos casos más que se podrían mencionar.

Pero, ¿Cuánto hay de realidad y de relato sobre una invasión de frutas por el atraso cambiario? Analicemos cinco frutas más importantes —en volumen y valores—, características en las mesas de los argentinos, como para entender qué es lo que está pasando en el mercado en este nuevo escenario económico que comenzó con la era del presidente Javier Milei.

- Bananas. Este es un producto que tradicionalmente se importa en la Argentina y es la principal fruta que se consume. Más del 90% de las ventas en el mercado interno local corresponde a bananas que llegan desde el exterior. El consumo teórico anual de este producto se ubica en torno a las 570.000 toneladas.

Al analizar la gráfica adjunta, se observa que existe una clara tendencia al alza sobre las importaciones de bananas, de lo que se puede intuir un probable avance del producto en el mercado, desplazando a otras frutas, y más aún teniendo en cuenta que el consumo en el mercado interno se encuentra estancado. En estos primeros cinco meses del año, las importaciones de bananas alcanzaron las 228.300 toneladas, volumen que refleja un salto interanual del orden del 24% y del 12% en relación con la media de los últimos tres años (2022-2024) para el período bajo análisis.

- Naranjas. Se ubica como la segunda fruta más consumida en el mercado interno argentino. Se estima que alrededor de 850.000 toneladas de naranjas se producen en el país; alrededor del 40% se orienta como fruta fresca en el mercado interno, mientras que el resto se industrializa o se exporta. En el infograma adjunto se muestra cómo fue la evolución de las importaciones de esta especie en los últimos años.

En los primeros cinco meses del corriente año, ingresaron de terceros países al mercado local poco más de 6.170 toneladas de naranjas, volumen que refleja un salto interanual del orden del 174% y del 163% cuando se lo compara con el promedio de las últimas tres campañas (2022-2024) para este mismo período bajo análisis.

Pero aquí también nos encontramos con que la participación de la naranja importada en el mercado local representa poco más del 4% del total del consumo que se consolidó en estos primeros cinco meses del año. Lo mismo que en la manzana: el salto importante de la importación se da en términos relativos, pero no nominales.

- Manzanas. Es la tercera fruta más importante dentro del mercado interno argentino. La mayor parte del consumo está siendo abastecida por la producción del Valle de Río Negro y Neuquén. Tal como lo detalla la estadística adjunta, las importaciones de manzanas en estos primeros cinco meses del año muestran un importante salto interanual del orden del 110%; sin embargo, se encuentran por debajo de los niveles de 2023 para el mismo período de análisis. Esto muestra que, por ahora, no está del todo definida una clara tendencia sobre las importaciones de esta especie.

Por otro lado, si tenemos en cuenta que el consumo total de manzanas en estos primeros cinco meses del año se ubicó en torno a las 90.000 toneladas, la participación de la manzana de terceros países es marginal, teniendo en cuenta que, en este mismo período, las importaciones alcanzaron poco más de 1.000 toneladas. En definitiva, la estadística nos muestra que la manzana importada tuvo un impacto relativo interanual muy importante, pero en términos nominales todavía no tiene incidencia en el mercado interno local.

- Durazno. Es otra de las frutas que se encuentran al tope del consumo en la Argentina. Anualmente, su producción alcanza un promedio de 290.000 toneladas, de las cuales cerca de 95.000 toneladas se orientan al mercado interno local para su consumo en fresco. Tal como se observa en la gráfica adjunta, las importaciones de esta especie son marginales respecto de lo que mueve el mercado todos los años.

- Uva de mesa. Es otra de las frutas que tiene como preferencia el consumidor argentino. En Argentina, la producción destinada al mercado interno se ubica en torno a las 60.000 toneladas anuales, concentrada principalmente en San Juan y Mendoza. Cerca de 2.000 toneladas son las que se exportan. Las importaciones de esta especie en los primeros cinco meses del año alcanzaron las 4.550 toneladas, reflejando un salto interanual del orden del 600% y del 200% cuando se lo compara con el promedio de las últimas tres temporadas. Aquí los números parecieran algo más ajustados, ya que la participación de la uva de mesa importada —tomando los primeros cinco meses del año— se ubicaría en torno al 12% del total comercializado en el mercado interno.

Pese a que es un valor importante, la oferta de terceros países —por ahora— sigue siendo para nichos bien definidos dentro del mercado local.

Tendencias a tener en cuenta
Las cinco especies tomadas para ejemplificar el impacto de las importaciones en el mercado local representan cerca del 70% del consumo de frutas del país. La primera conclusión que se puede tomar en este sentido es que se observa una tendencia creciente en términos relativos sobre la llegada de fruta al país, pero en términos de volúmenes netos, todavía no tiene impacto real.

Esto no quiere decir que, dentro de unos años, dando continuidad al atraso cambiario, estos números se potencien y comiencen a complicar las economías regionales frutícolas cuyos productos se orientan al mercado interno. Es probable que esto no se vea en el corto plazo, ya que, si bien el mercado interno argentino es ‘fuerte’ para ciertos países exportadores, no deja de ser altamente riesgoso en sus políticas económicas. La confianza en el mercado todavía no está instalada y, más aún, hasta que no se eliminen todas las distorsiones que existen, como es el caso de la subfacturación, elusión impositiva o, directamente, evasión fiscal. Todo este manejo ilegal en la cadena comercial genera importantes distorsiones en el mercado.

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