El Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) aprobó la Resolución 4/2025, que establece nuevas normas para la inscripción de prestadores de servicios de fraccionamiento móvil. Este cambio apunta a optimizar la logística de la industria vitivinícola y a fortalecer su capacidad exportadora, reduciendo barreras administrativas. Según la resolución publicada este jueves, las empresas interesadas en operar en esta área deberán inscribirse como “Prestadores de Servicios de Fraccionamiento Móvil” y podrá hacerlo presentando únicamente su Constancia de CUIT.

La medida busca cubrir las necesidades de aquellas bodegas que carecen de infraestructura propia para fraccionar, taponar, etiquetar o capsular productos. De esta manera, permite que estas empresas cumplan con los estándares de calidad exigidos tanto a nivel local como internacional, garantizando una salida más fluida de sus productos al mercado. La normativa reemplaza la Resolución 32/2017 e introduce un marco más flexible para facilitar la incorporación de estos servicios a la cadena logística, un aspecto clave para el comercio exterior de vinos argentinos.

Nuevo marco regulatorio para el fraccionamiento móvil

La simplificación en los requisitos administrativos reduce costos y tiempos para las empresas que deseen operar como prestadores móviles. Este esquema apunta a que tanto pequeñas como grandes bodegas puedan acceder a servicios especializados sin necesidad de invertir en infraestructura propia. Esto resulta especialmente relevante para regiones productoras de menor escala, donde la contratación de servicios móviles puede ser decisiva para mantener la competitividad.

Además, la resolución asigna responsabilidades claras a los establecimientos contratantes. Quienes recurran a estos servicios serán responsables del cumplimiento de la normativa vigente para la correcta circulación de productos fraccionados. Este enfoque asegura que los estándares de calidad y trazabilidad no se vean comprometidos, especialmente en mercados internacionales donde el control de origen y autenticidad de los productos vitivinícolas es fundamental.

Impacto en la logística y el comercio exterior
La implementación de fraccionamiento móvil optimiza la logística de exportación al permitir que las bodegas adapten sus procesos productivos a las exigencias del comercio internacional sin depender exclusivamente de infraestructura fija. Esto mejora la capacidad de respuesta frente a picos de demanda y facilita la diversificación de mercados.

En términos de comercio exterior, el acceso a servicios móviles de alta calidad refuerza la imagen del vino argentino como un producto premium, cumpliendo con normativas internacionales de etiquetado y capsulado. Esta flexibilidad se traduce en una mayor eficiencia logística, reduciendo tiempos de preparación para exportaciones y garantizando la competitividad frente a otras potencias vitivinícolas.

Sustitución de normativa y foco en la accesibilidad
La Resolución 4/2025 también deroga un marco anterior considerado restrictivo por el sector, eliminando trabas burocráticas que limitaban el acceso de nuevos prestadores al mercado. Este cambio representa un paso hacia la descentralización de servicios logísticos, incentivando la innovación y permitiendo una mayor participación de actores regionales en la cadena productiva.

El enfoque en la simplificación administrativa busca fomentar un entorno más competitivo y accesible, clave para el crecimiento del sector. Según fuentes del INV, este cambio responde a las necesidades planteadas por empresas y organismos que identificaron la logística como un área de oportunidad crítica para potenciar la presencia de vinos argentinos en mercados internacionales.

Proyección para los próximos años
La flexibilidad que introduce el nuevo marco regulatorio coincide con el auge de la demanda internacional de productos vitivinícolas argentinos. En un contexto donde las exportaciones representan un pilar fundamental para la industria, medidas como esta contribuyen a fortalecer la posición estratégica del país en el comercio global.

La normativa establece un escenario favorable para ampliar la red de prestadores móviles en las principales regiones productoras, desde Mendoza y San Juan hasta otras provincias emergentes en el mapa vitivinícola nacional. Este modelo no solo mejora la logística interna, sino que también posiciona al sector para responder con rapidez a los desafíos del comercio exterior.