Los datos informados por el Instituto Nacional de Vitivinicultura respecto de las exportaciones de vinos durante el primer semestre del año muestran una reducción interanual del 22,3% en términos de volumen. Si bien en el mes de junio, las exportaciones de vinos sin mención de varietal fueron un 45% mayores que las de mayo, esta categoría es la que acumula mayores mermas en el primer semestre del año. Los vinos varietales, por su lado, experimentaron una caída muy pronunciada el último mes, pero en el acumulado del año muestran una mejor performance que los vinos sin mención varietal, con mermas considerablemente más leves.

Por otro lado, dentro de la tendencia decreciente, las exportaciones de varietales muestran un comportamiento interesante si se analizan las principales variedades exportadas. Como es sabido, en los últimos años la importancia del Malbec en las exportaciones argentinas ha sido creciente, pasando de una participación del 26% en 2007 a casi un 47% en 2013 (acumulado últimos 12 meses). A su vez, otras variedades que tenían una gran importancia años atrás, han ido cediendo lugares. Tal es el caso del Cabernet Sauvignon, el Merlot o el Syrah. En cuanto al Merlot, las exportaciones en volumen han caído un 65% en volumen, respecto del año 2009, su punto más alto. Las preferencias internacionales por este varietal tienen mucho que ver con esta caída, ya que ha estado perdiendo popularidad, sobre todo en Estados Unidos, a medida que los consumidores se animan a probar otros varietales fuera de los tradicionales.

Sin embargo, las exportaciones Argentinas muestran una clara tendencia hacia la concentración en aquellos varietales que han demostrado ser exitosos en los principales mercados de destino. Si consideramos el crecimiento de los volúmenes exportados entre 2009 y 2013, de las principales variedades, las únicas que crecen son el Malbec y el Torrontés Riojano. El Malbec ya está afianzado como la variedad insignia de los vinos argentinos, mientras que el Torrontés va por el mismo camino entre los vinos blancos, alcanzando un 3,5% del volumen exportado de vinos varietales. El conjunto de los blends y otros varietales también ha mostrado un crecimiento en este período, marcando las mayores preferencias por los cortes, la mayoría de los cuales también incluyen a estos varietales.

Frente a la compleja situación de los exportadores argentinos, los varietales son otro aspecto más en los que se está viendo la tendencia hacia el enfoque. Concentrándose en aquellas variedades que han mostrado mayor éxito en los mercados internacionales, es posible salvaguardar los márgenes antes las crecientes dificultades que enfrenta el sector.




María Elena Graffigna
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