26/12/24 | Noticias
En diálogo con Movant Connection, Ana comenta sobre las particularidades del comercio internacional. Desde la importancia de la tecnología y la necesidad de agentes flexibles hasta los contratiempos en el traslado y su relación con los problemas burocráticos, pone en detalles todo aquello que atraviesa su día a día como agente del sector.
¿Cuál es tu rol dentro de la industria de la automatización industrial?
Hoy por hoy, en Argentina no se producen los software necesarios para la medición y control de procesos (principalmente en la industria de gas y petróleo). Yo, como agente de comercio exterior directamente relacionada con este rubro, siento que soy la unión entre el producto importado y el cliente argentino, uruguayo o paraguayo. Mi rol es acercar la tecnología a los productores para que optimicen sus procesos y mejoren su negocio.
Soy un eslabón dentro de la cadena logística global. Estamos cada vez más inmersos en este proceso de la globalización, que nos acerca más allá de las distancias y que necesita de agentes que lleven a cabo ese acercamiento. En este contexto donde los límites geográficos se están desdibujando, ese nexo es super importante. A través del transporte, de la logística internacional y de la cadena de suministros, estamos logrando achicar las distancias que tenemos a nivel global.
En mi caso, trabajo principalmente con agentes de Japón, China, y Singapur. A partir del contacto y la comercialización con estos proveedores, me encargo de abastecer a los clientes de Argentina, Uruguay y Paraguay. Y dentro de ese proceso de comercialización, los procesos y los agentes logísticos son clave.
Además, entablar relaciones con representantes de otros países me permite conocer otras culturas, otras formas de vida y otros estilos. Es lo que, hoy en día, más me atrae de mi carrera y del sector.
¿Qué importancia tiene la flexibilidad en un puesto como el tuyo?
La flexibilidad se evidencia mucho en la comunicación. Como mi trabajo es, principalmente, negociar y comercializar con proveedores del este asiático, las gestiones las realizamos por videollamada o mensaje y en horarios “poco habituales”. Para hablar con ellos, suelo conectarme a primera hora del día o ya entrada la noche, porque es cuando los puedo encontrar en línea a ellos también.
Si tengo que resolver algún problema con Japón, me conecto temprano por la mañana o un rato por la noche. Evito esperar al día siguiente porque eso implica un lapso de tiempo muy grande.
¿Qué desafíos enfrentás en tu día a día?
Uno de los desafíos más importantes es cumplir con las fechas de entrega. Como el cliente compra teniendo en cuenta, como factor principal, el plazo de entrega, el desafío es lograr que la mercadería esté lista 20 días antes de la fecha de entrega en Argentina. Es decir, 20 días antes de la entrega estipulada, el producto tiene que estar listo para partir del país de origen, que puede ser Singapur, Corea, China, Estados Unidos, Brasil.
Es un proceso de control constante que involucra a todos los eslabones de la cadena logística, tanto el transporte internacional como los despachos de aduana y el ingreso de la carga como stock.
La burocracia en el sector de aduanas, por otro lado, también ocasiona ciertas complicaciones. Hoy en día, tanto las solicitudes de documentos como las regulaciones y la poca fluidez en la realización de pagos generan contratiempos e imponen trabas al comercio en sí. Yo creo que, destrabando y agilizando estos procesos, sería todo más sencillo y no sería una preocupación tan grande como lo es hoy en día.
¿Qué importancia tiene la tecnología en el sector?
Creo que estamos en una revolución digital y tecnológica que todavía falta desarrollar. La tecnología es un aliado para el ser humano, pero para que cumpla ese rol es necesario saber aplicarla y aprovecharla como corresponde.
En mi sector laboral, tengo la oportunidad de trabajar con avances tecnológicos que permitieron llevar seguridad a lugares donde el control humano no es constante. A través de estas tecnologías, se pueden evitar problemas que, en otros tiempos, podrían ser indetectables.
Un claro ejemplo son los incendios en ductos de gas o petróleo. Si durante algún proceso de la cadena de estos productos se alcanzan altas temperaturas, se corre el riesgo de generar un incendio. Acá es donde las tecnologías aplicadas intervienen y nos permiten cuidar el medio ambiente y a aquellas personas que trabajan en estas industrias.
¿Qué particularidades identificás que tuvo la industria este año?
Este 2024 fue bastante peculiar. En mi caso, los proveedores críticos, tanto transportistas internacionales como locales, los depósitos y los despachantes de aduana fueron fundamentales. Para aquellas empresas que no cuentan con servicios de transporte propio, estos agentes logísticos son esenciales para cumplir con los plazos de entrega.
Son proveedores críticos. Por eso mismo, la estrategia hoy en día es mejorar la relación y fomentar la alianza. Trabajar con proveedores que realmente son serios, que comparten los mismos valores y que brindan servicios de excelencia es ideal.
¿Cuáles son tus perspectivas a futuro?
En un principio, sobrellevar los desafíos propios de la industria. El contexto geopolítico impacta mucho en el comercio internacional. Las guerras que suceden en otras partes del mundo, por ejemplo, afectan al Cono Sur. También entran en juego las barreras comerciales que, dependiendo del gobierno de turno, responden a distintas regulaciones. Es algo a lo que hay que adaptarse.
La sostenibilidad en la logística es algo que también me interesa. Me gusta cuidar el medio ambiente y lo ideal es trabajar con medios de transporte que promuevan la disminución de emisiones de carbono.
En cuanto a tecnología, la digitalización y la implementación de inteligencia artificial en la logística es algo clave. Que la logística nacional esté constantemente a la vanguardia sería ideal.
El desarrollo de infraestructura también es algo importante para mi. Hoy en día, estoy a cargo de transporte aéreo, pero me gustaría incursionar en lo marítimo. Estoy atenta a lo que puede suceder con los puertos, las terminales, el libre comercio en el Mercosur y cómo todo esto impacta en la infraestructura que tenemos en la actualidad. Muchas veces sucede que, ante situaciones climáticas adversas, recibo cargas mojadas o en mal estado. Por eso mismo, el desarrollo de infraestructura que acompañe el crecimiento de la industria y la mejora continua es importante.
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