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21/12/24 | Noticias

Comercio exterior: ¿qué esperar en 2025?

Image Jerónimo Montalvo

Históricamente, el comercio exterior ha sido la principal fuente de ingresos de divisas para nuestro país, con un promedio anual de unos US$ 10.000 millones en los últimos veinte años y solo cuatro de ellos en déficit. De esta manera resulta relevante monitorear su dinámica y analizar qué se espera a futuro, sobre todo en una Argentina que viene mostrando problemas referidos con la escasez de divisas y hoy sus reservas netas, si bien mejoraron su posición durante este año, siguen siendo negativas.

Luego de un 2023 con saldo deficitario, donde la fuerte caída de exportaciones (-25%, explicado principalmente por la sequía en el agro) empujó a un valor negativo de casi US$ 7.000 millones, el 2024 está siendo y cerraría (sólo falta el dato de diciembre) muy positivo. Esto se da por una mejora de las exportaciones, así como también una marcada caída de las importaciones.

Las ventas al exterior cerrarían el año en casi US$ 80.000 millones (+19% i.a.), donde los productos agropecuarios primarios e industriales habrían explicado más de un 75% del incremento ("no sequía"), pero también vale la pena mencionar que las exportaciones de energía habrían sumado casi otro 15%, llegando a un valor de récord histórico en lo que va del año y evidenciando la potencia que está teniendo el sector hoy y hacia el futuro. Asimismo, si bien las exportaciones mostrarían un valor menor que el récord de 2022, midiéndose en cantidades estarían por encima, lo que marca que no solo fue salida de la sequía.

En el segundo caso, traccionado por la corrección de precios relativos, menor actividad económica y menores importaciones de energía, las compras al exterior caerían este año 18% hasta US$ 60.000 millones. Así, el saldo comercial mostraría un valor positivo que se elevaría a más de US$ 19.000 millones en el año, convirtiéndose en récord histórico.

Mirada hacia 2025
En un contexto de crecimiento económico (por encima del 4%), normalización del comercio (menos trabas y regulaciones), baja de aranceles y también apreciación real del tipo de cambio (si bien no es la única medida a considerar, actualmente el TCRM se encuentra en niveles de noviembre de 2023), las importaciones mostrarían un gran dinamismo el año próximo con un alza superior al 15%, superando los US$ 71.000 millones. Los bienes intermedios (por la mayor producción) y de capital (incremento de la inversión) liderarían la suba.

Por su parte, las ventas al exterior tendrían un aumento en torno al 7%, por encima de los US$ 84.000 millones, donde el sector energético mostraría la mayor incidencia con un incremento superior al 60% -petróleo +50% y gas más que triplicando su valor- y además el sector agropecuario, con una buena cosecha (algo mejor a la de este año), mantendría una variación positiva. Esta dinámica atenuaría en parte la contracción del saldo comercial, que cerraría así en torno a los US$ 13.000 millones en 2025.

Efecto "dólar blend" y divisas para el BCRA
Hoy el 20% de las exportaciones pueden ser "liquidadas" a un precio mayor en los dólares alternativos, por lo que una parte considerable de esas divisas no va a parar a las arcas del BCRA.

Los dólares son claves para alimentar la demanda de importaciones.

Durante 2024 este efecto estuvo, pero como las importaciones tuvieron un cronograma de pagos gradual en el año (se pagaron aproximadamente 75% de las mismas) el saldo comercial "liquidado" no se diferenció demasiado del devengado.

No obstante, para 2025 es necesario advertir que las importaciones tendrán los pagos normalizados y si las exportaciones sostienen el esquema "dólar blend", el superávit comercial "liquidado" se puede reducir mucho o incluso desaparecer, derivando en un menor ingreso de dólares para el BCRA.

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