Por Ernesto Mattos

En el promedio de los últimos 5 años, más del 75% de las exportaciones a China consistieron en productos del complejo soja o carne y cueros bovinos, fundamentalmente poroto de soja y carne bovina deshuesada y congelada. En este sentido, China es destino de más de 90% de las exportaciones de poroto de soja desde Argentina y más de la mitad de las exportaciones argentinas de carne bovina.

Esa es la relevancia que tiene en la economía argentina, luego de su aceleración en exportación de carnes durante el periodo 2016-2019, nos recuerda algo del gigante asiático “no importa de que color es el gato, mientras cace ratones”, no importa si es el PRO o La Libertad Avanza o Alianza de las distintas vertientes del peronismo, mientras vendan carnes para los salarios del trabajador chino.

Algunas instituciones internacionales anticipan una disminución en el comercio total de granos hacia China entre 2024 y 2033. Se espera que las importaciones de granos disminuyan desde un estimado de 141 millones de toneladas en 2024 a 116 millones en 2028 y 110 millones en 2033, lo que representa una reducción del 30% en la próxima década (BCR, 15/11/2024) ¿La argentina seguirá exportando granos? ¿Será la India el próximo espacio de demanda de granos? ¿Es tan lineal este proceso? Muchas dudas y consultas sobre el rol que jugara nuestra producción y sus productores y exportadores, tampoco podemos vaticinar hoy una mejora de los precios internacionales que asegure recaudación para la economía argentina.

Pero no todos son malas noticias. Las proyecciones de OCDE-FAO y USDA resultan menos optimistas en cuanto a la autosuficiencia de China en la producción agrícola y anticipan un crecimiento continuo en las importaciones. El contraste entre ambas proyecciones puede radicar en la consideración del objetivo del gobierno chino de aumentar la autosuficiencia en granos (BCR).

El dilema económico hoy para el gobierno luego de haber realizado una serie de políticas económicas al mejor estilo: “que vuelvan los sesenta”, neoclásico y monetarista o austriacos -una evolución de Marshall a Milton- para todos, pero que al final no tuvo nada de novedoso. Hasta lo austriacos son heterodoxos. Una ensalada conceptual que confunde a cierto sector de economistas del peronismo que se terminan preguntando y dudando: ¿y sale bien? Esta tal la confusión que olvidaron dos cosas: la herramienta histórica y siempre analizar la economía y política internacional. Parece que el viejo plan de estudios de 1997 en la facultad de ciencias económicas de la universidad de buenos aires cambia, dónde por lo menos había contenidos de historia, poder económico y derechos humanos. La reforma perfecciona al “ahistórico” futuro economista para el mercado financiero. Un día le pondrán de nombre a la carrera Economía y atraso cambiario.

Pero hagamos un repaso de las políticas económicas del PRO y LLA: devaluación y tablita de Martínez de Hoz -algunos economistas sofisticados le dicen crawling peg-, que para ser sinceros el cerebro fue Ricardo Arriazu en sus años mozos (1976-1983), le siguió un ajuste fiscal -jubilados, provincias, universidades y despidos en la Administración Pública-, con la devaluación y la hiperinflación que llegó al 290%, casi ningún sindicato logro tal actualización, así se consolido el ajuste salarial y suba de tarifas; y un detalle no menor, que el gobierno realizó al comenzar su gestión, un incremento en la asignación universal por hijo y la tarjeta alimentar.

Ahora la inflación está en octubre de 2024 fue de 197% ¿Saben cuánto fue la inflación en octubre de 2023? 142% y en noviembre fue de 160%. Para lograr esta reducción de la inflación nos hizo profundizar la recesión económica que se inició en junio de 2023, y que continuo hasta junio de este año, según datos del INDEC.

Los datos del estimador mensual de la actividad económica son negativos en julio y agosto y se prevé otro dato negativo en este septiembre del corriente. Lo que estaría marcando un tercer trimestre del PIB en caída. La economía no muestra signos de recuperación, tal vez sean sectoriales, pero no terminan de traccionar a toda la economía. De todo esto surge una pregunta ¿Para qué? Una primera intuición esta en los datos de comercio exterior que publica el INDEC.

Es importante recordar que esta semana se conmemora el 13 de noviembre por el natalicio de Arturo Jauretche. Tenia una forma de denominar a estas políticas económicas, vivió los años sesenta, y hablaba de los famosos “saldos exportables”, decía que había una determinada producción generada en el país y que los sectores económicos preferían la divisa a juntar pesos por las ventas al mercado interno, que también es acumulación, pero bueno esos sectores preferían el “modelo exportador” -que muchos economistas llevan como bandera a la victoria- y devaluaciones que achicaban salarios para que sobre producción que no se coloca en el mercado interno sino en que va directo al mercado externo -mesa de otros-. Empobrecer la mesa de los argentinos para vender más. El tema es que a veces los precios internacionales no te acompañan.

Los datos de comercio exterior nos marcan que las exportaciones en cantidades (q) aumentaron un 23,8% en estos primeros nueve meses. Con precios (p) a la baja. Principalmente el incremento de cantidades se centró en productos primarios (42,3%), manufacturas de origen agropecuario (32,3%) y combustible y energía (28,7%), en el mismo periodo.

No obstante, si uno quiere observar los subrubros y su incremento entre los primeros nueves meses de 2024 vs 2023, ordenados de mayor a menor, fue la siguiente: semillas y frutos oleaginosos (100,5%), residuos y desperdicios de las industrias alimentarias (49,6%), cereales (45,6%), grasas y aceites (41,0%), productos químicos y conexos (16,3%), metales comunes y sus manufacturas (12,4%) y carnes y sus preparados (7,7%).

Por el lado de las importaciones las cantidades cayeron un -21,4% en estos primeros nueve meses, pero la caída de los precios cayeron -3,6%, la caída fue menor a la de los precios de exportación.

Lo que nos dice es que la recesión continua, la pregunta es ¿No estaremos en las puertas de una depresión económica? ¿Quién resolverá esta fractura social e inequidad económica? Porque para resolver esto sí importa el color del gato, una cosa es cazar de a un ratón pero acá precisamos poner algo más en la parrilla.