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27/01/15 | Internacional

Uruguay no halla su lugar en el Mercosur

Image "El Mercosur se encuentra estancado". "En lo jurídico es un chicle". Para José Mujica, presidente de Uruguay, el mercado común que se creó hace más de 20 años se caracteriza por la "falta de garantía institucional".

Las medidas de control de las importaciones de Brasil y la Argentina es una preocupación recurrente para el mandatario uruguayo. Si bien aseguró que los países seguirán siendo vecinos "hasta que la muerte los separe, llegó el momento de resolver de otra forma esos problemas de alcoba".

Según especialistas uruguayos consultados por Infobae América, esos "problemas de alcoba" se solucionan con una mayor apertura. El economista Nicolás Albertoni Gómez plantea el libre mercado de Chile y sus relaciones bilaterales como una opción válida para Uruguay. En su libro Entre el barrio y el mundo. ¿Mercosur o el modelo chileno? Dos alternativas para Uruguay (*), expone que el bloque no fue la mejor opción para insertar al país en el mundo a nivel comercial.

Con prólogos de los ex presidentes Julio María Sanguinetti (Uruguay) y Eduardo Frei-Ruiz Tagle (Chile), el libro es resultado de una investigación de dos años tras entrevistar a más de 50 expertos de esas naciones.

"Uruguay es el pequeño engañado de un proyecto que pretendía ser mucho mejor. El Mercosur nos sirve como plataforma política, pero no como bloque comercial. Esto es un secreto a voces, porque todos los presidentes saben que no nos está sirviendo", asegura Albertoni, quien por su obra fue distinguido por la Universidad de Georgetown como joven líder de América Latina. Según el licenciado en Negocios Internacionales e Integración, "hay que pensar una flexibilidad comercial para las economías menores", como Uruguay y Paraguay.

"Buscando dar una respuesta clara a la pregunta sobre qué había en Chile para que muchos hablaran de un modelo al que otros países debían seguir, me puse a pensar cuál era el diferencial más notorio que Chile tenía en comparación con el resto de la región, pero principalmente con Uruguay", expresa en su obra.

Para marcar los contrastes en la visión de inserción internacional de ambos países, Albertoni utiliza las palabras "barrio" y "mundo". Uruguay mira "hacia dentro de la región (el barrio), mientras que Chile mira hacia el mundo. "Chile había entendido de forma clara que debía ser socio del mundo", agrega.

María Dolores Benavente, presidenta de la Academia Nacional de Economía del Uruguay, dice que el Mercosur "tuvo algunas deficiencias desde el inicio". Las simetrías de vocación comercial trazan una línea divisoria entre las economías del bloque. "Uruguay tiene vocación de apertura porque es un país chico. Brasil y especialmente Argentina tienen una vocación de protección de la industria nacional y política de sustitución de importaciones", diferencia la gerenta general de Unión Capital AFAP.

Benavente concuerda con Albertoni en que "la única solución para Uruguay es el libre comercio. Tal como está planteado, el Mercosur no es funcional para países chicos". En este sentido, la economista asegura: "No nos podemos mudar del barrio, no podemos evitar estar entre la Argentina y Brasil. La economía debe abrirse para minimizar los impactos negativos del Mercosur".

La negociación bilateral encuentra sus límites en la Decisión 32/00. Aprobada en 2000, la norma establece que los países miembros del Mercosur no pueden suscribir nuevos acuerdos comerciales con terceros sin el consentimiento previo de los otros miembros del bloque.

Si Uruguay firmara un Tratado de Libre Comercio (TLC) con China o Estados Unidos, los países vecinos podrían protestar ante una posible triangulación de los productos. Para Albertoni, la solución se da en la exigencia de exportar un producto con valor agregado, que debería contar al menos con un 80% de producción uruguaya. "El país va a tener que desarrollarse más, generar una industria", amplía.



Un país entre cordilleras

"Tanto Uruguay como Chile se encuentran encerrados entre dos grandes cordilleras. Chile tiene por un lado el Océano Pacífico y por el otro los Andes. Uruguay tiene por un lado la cordillera Brasil y por el otro la cordillera Argentina. Mientras que las cordilleras de Chile son pasivas, las de Uruguay son activas, pero en definitiva los dos están encerrados".

La diferencia que plantea Albertoni en su libro es cómo asume cada país su encierro. Mientras que Chile lo ve como una oportunidad, Uruguay vive ese encierro con "pasividad y a la espera del camino que emprendan primero sus vecinos mayores".

"Nuestra economía no puede vivir de lo que diga una persona llamada (Guillermo) Moreno. No digo vayámonos del Mercosur y tiremos por la borda estos 20 años. Si se quiere profundizar en términos políticos que se siga profundizando, pero el microempresario tiene que exportar", puntualiza.

Dentro del bloque, el economista asigna a cada país un rol específico. "Para la Argentina, el Mercosur es una herramienta para atar a Brasil: la idea es no dejar que despegue solo", mientras que "Paraguay, sin acceso al mar, no tiene otra opción que quedarse en el grupo".

Gustavo Michelín-Salomón, ex vicepresidente del Banco República de Uruguay, asevera que los vínculos con Argentina y Brasil son "necesarios y naturales", pero sus medidas proteccionistas "cambian las reglas del juego". Salomón se muestra optimista, pues considera que el proteccionismo es un "impass que podrá durar dos o tres años, y necesariamente se volverá a hablar de libre comercio".

Sin embargo, el economista uruguayo no ve a la flexibilización como un escenario cercano en la región sudamericana. "No está en la agenda de la Argentina, no está en la agenda de Brasil. Entonces, no está en la agenda del Mercosur", opina.

Proyectos como el ALBA y Unasur revelan que a la región no le faltan acuerdos, aunque todavía no han generado resultados concretos. "Nuestra región vive la mayor hiperinflación integracionista de su historia por la gran cantidad de bloques que se formaron. Pero al mismo tiempo somos testigos del menor grado de trabajo en conjunto de nuestras economías en términos comerciales", considera Albertoni.

El rol político de Uruguay dentro del Mercosur le permite insertarse en el mundo como miembro de un proyecto mayor. Pero el país con más de tres millones de habitantes ve el freno comercial como el factor que compromete su participación como miembro pleno en la unión aduanera. Chile ya lo tentó con su modelo. El tiempo pondrá en evidencia si el país seguirá ese camino

Por: Jorgelina do Rosario jdorosario@infobae.com

(*)Entre el barrio y el mundo. ¿Mercosur o el modelo chileno? Dos alternativas para Uruguay, de Nicolás Albertoni Gómez (Ed. Taurus, 2012).

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