Por María Noel Lascano | Para LA NACION

El 18 y 19 de septiembre de 2014, en Nueva York, se hizo la 10» Reunión Mundial de Derecho Aduanero, organizada por la Academia Internacional de Derecho Aduanero, una institución de naturaleza no gubernamental legalmente creada como asociación internacional que reúne a prestigiosos juristas especialistas en la materia de todo el mundo.

El encuentro tuvo como sede principal la Sala Ceremonial de la Corte de Comercio Internacional de Estados Unidos y contó con la valiosa participación de funcionarios de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y de la Organización Mundial de Aduanas (OMA); jueces de la propia Corte norteamericana y del Tribunal Canadiense de Comercio Internacional; abogados litigantes; despachantes de aduana; consultores y profesores.

Con el lema "El Derecho de la OMC. 20 Años Después de Marrakech", la reunión abordó cuatro temas principales: la impartición de la justicia administrativa en materia aduanera y de comercio internacional; la revisión de las tendencias judiciales en materia aduanera y de comercio internacional; el Acuerdo sobre facilitación del comercio de la OMC, recientemente aprobado; y la medidas adicionales de facilitación comercial.

Predictibilidad, transparencia y facilitación del comercio fueron los denominadores comunes de las exposiciones oídas a lo largo de las jornadas, reeditando temas que ya habían comenzado a discutirse en el ámbito de la OMC en 1996.

Así, se destacó la competencia consultiva del Tribunal Canadiense de Comercio Internacional, que puede investigar y asesorar sobre cuestiones económicas, comerciales y arancelarias que sean sometidas a su consideración por el gobernador en Consejo de Canadá o por el Ministro de Finanzas. Y no menos importante, lo que ocurre con la Aduana de Estados Unidos, que posibilita que los importadores en ese país, así como los exportadores y productores de Canadá y México que exporten sus productos a Estados Unidos, soliciten a esa aduana el dictado de resoluciones anticipadas ("advance rulings") sobre cuestiones específicas del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Nafta, por sus siglas en inglés), ya sea en forma previa a la importación o durante el curso de la misma. Tales resoluciones son obligatorias para todo el servicio aduanero hasta el momento en que se modifiquen o revoquen, pero la modificación o revocación sólo se aplicarán a las importaciones que se produzcan después de la fecha de la modificación o revocación.

TRANSPARENCIA

Interesa particularmente que todas las resoluciones son publicadas en el sitio web de la Aduana de EE.UU. permitiendo su consulta por todos los interesados, todo lo cual contribuye a la facilitación del comercio, la transparencia, la uniformidad y la previsibilidad.

Es que no puede desconocerse que en un mercado cada vez más global, menos nacional y más multilateral, se imponen mayores y mejores prácticas para facilitar el comercio, armonizando, estandarizando y simplificando los trámites y procedimientos de comercio internacionales.

En palabras del ex director general de la OMC Pascal Lamy, "se trata de que el comercio sea más fácil y menos costoso" . A tal fin, la transparencia, la coherencia, la sencillez y la previsibilidad en las acciones, trámites y procedimientos aduaneros aparecen como herramientas fundamentales para minimizar las diferencias que pueden causar fricciones comerciales entre los países.

Retomando las palabras de Lamy, "la facilitación efectiva del comercio no es una cuestión de elección: es un elemento básico indiscutible en todos los países o en todas las decisiones sobre política comercial si el objetivo es crecer y atraer inversiones".

Un ejemplo sencillo, citado por el propio Lamy, ayudará a comprender la cuestión: "Cada día adicional que se necesita para transportar mercaderías hace que el comercio se reduzca en un 1%. En un viaje marítimo normal de 20 días, un día más en el mar da lugar a una reducción del 4,5% del comercio entre dos interlocutores comerciales. (?)". Actualmente, se considera que los derechos, las formalidades y los procedimientos del despacho representan más trabas al comercio que los propios aranceles, y que los países en vías de desarrollo encabezan la lista de los que tienen mayores restricciones al comercio internacional.

Resulta innegable, entonces, que la facilitación del comercio aparece como imperativa para aquellos países que pretendan lograr un crecimiento económico sostenible, que sea competitivo en el mercado global. Como señala la OMA, "el despacho efectivo y eficiente de bienes aumenta la participación de la industria nacional en el mercado global, contribuye significativamente a las naciones, estimula la inversión y promueve el desarrollo de la industria".

¿REVÉS ARGENTINO?

Ante esta realidad, cabe preguntarse si las trabas al comercio internacional que nuestro país impone cada día con mayor intensidad, como las temidas Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación (DJAI) y los numerosos documentos requeridos en las operaciones de comercio exterior, por citar algunos ejemplos, sumado a la falta de transparencia y previsibilidad, no constituyen un fuerte revés a la tan aclamada facilitación comercial que se impone a nivel mundial, y que nos alejan cada vez más de esa nueva realidad.

La 10» Reunión Mundial mostró que la facilitación comercial está emergiendo cada día más como un factor esencial para el comercio internacional y el desarrollo económico de los países, que requiere la plena cooperación entre los operadores del comercio exterior y las autoridades gubernamentales. La facilitación comercial es un hecho, una realidad, a la que ninguno de los allí presentes quiso ni quiere escapar.

¿Por qué, entonces, pretendemos mirar hacia otro lado y transitar un camino diametralmente opuesto? ¿Será realmente que, como lo reflejan las paredes de la propia Corte de Comercio Internacional de EE.UU., en honor al mensaje de George Washington a la Corte Suprema de Justicia, "la estabilidad y el éxito de un gobierno nacional dependen en gran medida de la interpretación y ejecución de sus leyes"? Una reunión internacional para pensar en problemas nacionales.

La autora es abogada especializada en Derecho aduanero del Estudio Carena & Asociados