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20/10/14 | Noticias

"No pasan por la Aduana el 35% de las importaciones provenientes de China"

Image Si hay una industria que ha logrado renacer de las cenizas durante los 煤ltimos diez a帽os, esa es la industria textil. Despu茅s de un largo invierno con tipo de cambio atrasado, costo financiero en d贸lares de hasta el 20% anual, apertura irrestricta de la importaci贸n, y depresi贸n de la demanda interna (todos los males que se fueron alternando durante el menemato-delarruismo), el sector ha repuntado, al punto que hoy muestra un gran integraci贸n de la cadena (desde el copo de algod贸n hasta la prenda de marca) y da trabajo a unas 450 mil personas. Y observa al porvenir con optimismo, a pesar de la fotograf铆a francamente desagradable del 2014: las ventas vienen cayendo un 15%, pero lo hacen desde un techo muy alto; la producci贸n textil es un 150% superior al pico de la convertibilidad en 1997.

Con el 谩nimo en alto pero sin callarse nada, se celebr贸 el mi茅rcoles pasado en un hotel de Puerto Madero la d茅cima Convenci贸n Anual de la Cadena de Valor de la Agro Industria Textil y de la Indumentaria argentina (Pro Textil 2014). El convite atrajo a m谩s de 1.500 participantes, entre otros a la plana mayor de la Uni贸n Industrial Argentina. Hubo conferencias, presentaciones de informes, reconocimientos, denuncias (contra el lobby importador chino, por ejemplo), enunciaci贸n de propuestas y pedidos concretos al Gobierno.

El presidente de la Fundaci贸n Pro Tejer, Jorge Sorabilla, cerr贸 la jornada con un discurso en el que refut贸 algunos mitos que se propalan desde ciertos cen谩culos ideologizados o bien con intereses creados: no es verdad que el Gobierno haya cerrado a cal y canto la importaci贸n textil; no es cierto que la ropa est茅 cara por culpa de la industria nacional; es mentira que la Argentina no exporta productos textiles o que las f谩bricas locales no se hayan modernizado durante este siglo.

Al contrario, "la estrat茅gica cadena de valor textil ha invertido m谩s de 3.000 millones de d贸lares en tecnolog铆a productiva de 煤ltima generaci贸n", destac贸 Sorabilla.

"El sector textil es perfectamente viable y vigoroso cuando existe decisi贸n pol铆tica", record贸 el presidente de Pro Tejer, la entidad organizadora que justamente naci贸 en 2004 y prosper贸 al calor de lo que desde el oficialismo denominan la d茅cada ganara. Con una sagaz tarea de persuasi贸n medi谩tica ha impuesto una idea fuerza que debe perdurar gane quien gane en 2015: la industria textil de calidad es un sector estrat茅gico para la Argentina. Pero ojo: "El atraso cambiario hace vulnerable al sector", destac贸 Sorabilla.

Y adem谩s "es necesario seguir resguardando al sector textil argentino de las importaciones sectoriales provenientes de pa铆ses donde no se respetan los m谩s m铆nimos derechos laborales".

COLADOR ADUANERO

El desaf铆o de la industria competitiva, fue otra mesa de debate vibrante de la convenci贸n. Se dijeron all铆 cosas muy duras. Por caso, que "el 35% de las importaciones textiles proveniente de China no pasan por la Aduana".

Es decir, se trata de contrabando puro y duro, que despu茅s m谩gicamente aparece en la calle Avellaneda, entre otros para铆sos de informalidad impune. Debe entenderse que los productos textiles clandestinos que proliferan en las aceras y pseudocomercios de nuestras ciudades son asesinos en serie de los empleos en blanco y bien remunerados de la industria nacional (y como si fuera poco tampoco pagan impuestos).

Una Argentina que lucha por integrar a sus 45 millones de habitantes no pueda darse el lujo de renunciar al empleo industrial, una exquisitez de la econom铆a global que ning煤n pa铆s del mundo desde帽a.

La denuncia contra el lobby importador que dinamita las barreras pararancelarias la formul贸 Luciano Galfione, director de la empresa nacional hom贸nima.

"Contra telas de China absolutamente subsidiadas no hay ninguna protecci贸n que no sea una administraci贸n correcta del comercio, pero cuando es perforada por un amparo, con dudosa trascendencia que no resiste ninguna justificaci贸n, a las empresas argentinas las pone en desigualdad", se quej贸 el hombre de negocios.

Y subray贸 otro caso de competencia desleal poco conocido: la distorsi贸n de la promoci贸n industrial en Tierra del Fuego. Se importa una tela, se la lava o suaviza y ya para el fisco es producci贸n local. Un negocio impositivo o financiero, m谩s que productivo. Un simulacro de industria.

A estos temas se refiri贸 tambi茅n el secretario general de la Asociaci贸n Obrera Textil y vicepresidente de la Fundaci贸n Pro Tejer, Jorge Lobais. Con un lenguaje directo y gestos ampulosos que arrancaron aplausos a la platea, el sindicalista destac贸 que de las 43.000 suspensiones que se registraron este 煤ltimo a帽o y medio en todo el pa铆s, solo 300 correspondieron al sector textil. Y advirti贸 a los empresarios: los trabajadores no pueden ser la variable de ajuste.

"Prefiero tener 25.000 afiliados con sueldos de 10.000 pesos que 60.000 cobrando 3.500 pesos por mes". Bien dicho. El modelo de organizaci贸n econ贸mica debe articularse con salarios altos.

Coincidi贸 con este planteo, Diego Coatz, economista desarrollista de la Uni贸n Industrial Argentina, es decir de una entidad patronal. Italia y Alemania son el modelo a imitar, dijo: han demostrado que se pueden exportar productos textiles desde una sociedad con salarios crecientes.

Completaron esta mesa Dami谩n Ragalini y H茅ctor Borrell, el primero fabricante de medias, el segundo de telas. Ragalini critic贸 la creciente burocracia estatal pero reconoci贸 que este Gobierno es el 煤nico que ha prestado o铆dos a los industriales y que ha actuado en consecuencia.

Borrell, gerente comercial de Textil Amesud, record贸 que "la competencia con el exterior es inmedible, los costos son inalcanzables, inigualables", y cuestion贸 que dentro del sector textil "los empresarios nos canibalizamos entre nosotros". "Empecemos a trabajar y a pensar en especializaciones y trabajo a escala", pidi贸.

Consultados por el moderador Jos茅 Del R铆o sobre las claves que hacen competitivo al sector textil (les pidi贸 un tuit de 140 caracteres), Lobais consider贸 que "pasa por la inversi贸n y la capacitaci贸n de los trabajadores", en tanto que Coatz destac贸 que se trata de una "cadena integrada con muchos sectores con alta tecnolog铆a".

Por su parte, Galfione sostuvo que tiene que ver con "el dise帽o reconocido a nivel mundial", mientras que para Borrell tiene que ver con la "firme decisi贸n del empresariado textil de seguir invirtiendo", y para Ragalini "con la inteligencia, el amor propio, la capacidad de los argentinos".

EL MOMENTO

Coatz destac贸 que la industria en general ha vivido tres momentos en la post convertibilidad: 1) 2002/2007 recuperaci贸n; 2) 2008/2011 expansi贸n; 3) 2012-2014, estancamiento. Para volver a crecer, el poder pol铆tico necesita rehacer una triada: demanda, rentabilidad y certidumbre. Al lobby devaluador (algunos estaban presentes en la sala), este profesional joven graduado en la UBA le record贸 que el tipo de cambio es s贸lo un factor en juego, y quiz谩s no es el m谩s importante. Lo mejor de todo es tener una aceitada pol铆tica industrial que permitan los eslabonamientos entre f谩brica y servicios. Como hace Estados Unidos. Que si bien terceriza parte de la producci贸n, mantuvo el coraz贸n estrat茅gico de su industria en su propio territorio.

El clima de 茅poca ha cambiado, advirti贸, en otro momento de la convenci贸n, el director de la consultora W, Guillermo Olivetto. En 2012, al calor de la estampida inflacionaria, empez贸 un per铆odo de transici贸n que, como todos, entremezcla lo nuevo con lo viejo. No sabemos bien hacia donde vamos despu茅s del boom de consumo de principios de la d茅cada, pero el gran tema de 2014 es que marca una novedad con respecto al bienio anterior: hay p茅rdida fuerte del poder adquisitivo real, porque luego de la megadevaluaci贸n de enero se produjo un salto en los precios que no pudo ser compensado por los aumentos de salarios. Es este un a帽o similar al de 2009, de ajuste. La palabra m谩s repetida en la calle es "incertidumbre". Y la frase favorita en casi todos los estamentos sociales, "no alcanza la plata".

El especialista, un divulgador de la filosof铆a del pensador Zygmunt Bauman, llam贸 a superar un marco mental que se obstina en trabar el desarrollo: la ciclocrisis. Todos los argentinos estamos convencidos de que el Alt铆simo nos ha condenado a sufrir en una rueda econ贸mica enloquecedora cuyos estaciones son crisis-recuperaci贸n-crecimiento-desaliento-recesi贸n-crisis. Y vuelta a empezar. Hay que cambiar ese chip que favorece las culturas cortoplacistas tanto en el pueblo como en los gobernantes, destac贸. "Hay que romper con la idea de que cada diez a帽os algo pasa". Am茅n.

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