Logo

19/03/24 | Noticias

El fantasma de las importaciones ya es una amenaza para productores y conserveras locales

Image Por Rosana Villegas
villegas.rosana@grupoamerica.com.ar

El fantasma de las importaciones pareció recobrar vida en los últimos días, luego de que el Gobierno nacional anunciara que decidió abrir el ingreso de alimentos producidos en otros países de la canasta básica para bajar los precios locales.

En la lista aparecen frutas, verduras y hortalizas en fresco e industrializadas y frutos secos, y el sólo anuncio ya encendió alertas de los productores e industriales mendocinos porque sienten que la larga lista de impuestos que pagan les impide competir con los precios de lo que se importe y la amenaza latente les quita el sueño.

Es que en la larga cadena alimenticia, esos productores y pequeños industriales son los que tienen menor margen para achicar costos. Deben importar insumos que pagan en dólares y por los cuales deben costear altísimos impuestos, como el caso del impuesto PAIS, y terminan de asfixiarse cuando pagan los impuestos patronales por la mano de obra que sostienen.

Sólo por citar un ejemplo, un productor de papa mendocina (la papa aparece en la lista que difundió el gobierno de Milei) que abastece a los mercados locales y de otras provincias recibe $330 por un kilo de papas, pero ese precio se multiplica por dos o más en una verdulería o un supermercado, en donde llega a cobrarse en $700 o más, y en ese costo no sólo entran ganancias, sino también impuestos. Si llegara a entrar papa importada a menor costo, ese productor que no puede recortar gastos, se verá obligado a sembrar menos y por ende emplear a menos mano de obra.

Ese esquema los hace poco competitivos y a la vez vulnerables al ingreso de mercadería de otros países, que tienen la mitad de impuestos y una producción mucho más grande en volumen.

En el horizonte, por tanto, parece quedar muy lejos el objetivo de Milei de bajar los precios de la góndola abriendo importaciones, porque muchos de los formadores de precios -entre ellos cadenas de supermercados y mayoristas-, ya importan varios de los productos que venden y porque otros que se podrían tentar con la oferta de importar, terminan espantados cuando descubren que el burocrático trámite para lograr que se les habilite una importación destruye negocios.

Además la propuesta del Gobierno suena al menos ingenua cuando supone que los exportadores de otros países aceptarán de buena gana la oferta de pago que proponen los argentinos cuya economía tambalea al ritmo de una inflación que aunque desacelerada sigue siendo altísima.

Es que en la actualidad, aquellos que importan alimentos lo hacen con un esquema de 4 pagos, a 30, 60, 90 y 120 días. Según publicó el vocero oficial ese pago en cuotas se acortaría a sólo 30 días, con la debida habilitación del Banco Central de la República Argentina y con la intención de mejorar las condiciones para importar.

"Importar se hace difícil en la actualidad porque la empresa argentina que compra en el exterior plantea enviame la mercadería que en 30 días pago el 25% de lo que me enviaron y luego las 3 cuotas restantes. Así ya se complica bastante, porque supone que el que nos vende nos crea, en ese esquema parece difícil de creer, en torno a nuestra economía que ahora le vamos a poder pagar todo en 30 días", analizó el despachante de Aduanas, Fabricio Pedrosa.

Por tanto, para bajar aquellos precios parecería mucho más efectivo bajar los impuestos a los que producen, algo que en principio no aparece en los planes de la gestión de Javier Milei.

Image Image Image Image