05/12/17 | Noticias
Diversa, fragmentada e inestable. Mientras Europa ha logrado construir un mercado único de 500 millones de habitantes, Latinoamérica se ha mostrado errática a la hora de consolidar alianzas que abarquen toda la región. Frente a Estados Unidos, con 323 millones de habitantes de un alto poder adquisitivo, o China, con más de 1.300 millones de consumidores, la moda en Latinoamérica se ve abocada a operar en mercados locales de menor dimensión ante la falta de acuerdos que permitan la libre circulación de mercancÃas en toda la región.
A falta de un acuerdo global, la región cuenta con muchas alianzas entre pocos paÃses. Además, los tratados carecen de estabilidad, producto de los vaivenes polÃticos y económicos de los paÃses latinoamericanos. Crear un acuerdo común entre las economÃas de la región es la principal demanda de muchos empresarios, analistas y expertos de la industria de la moda.
La falta de una alianza general dificulta la expansión de las empresas de moda en la región, afectando directamente al aprovisionamiento, la producción y la logÃstica. Entre los paÃses vecinos de Latinoamérica no sólo se interponen trabas arancelarias y el impacto de los tipos de cambio y sus fluctuaciones, sino también obstáculos para atravesar las fronteras.
Pese a ello, la ambición de avanzar en un acuerdo supranacional se ha evidenciado en varias ocasiones en la historia reciente de la región. El primer pacto comercial en reunir a las principales potencias latinoamericanas fue la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (Alalc), que estuvo vigente entre 1960 y 1980. La alianza estaba conformada por Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela. Las diferencias económicas entre varios de estos paÃses derivaron en el fin del tratado, que sólo estuvo vigente durante dos décadas.
La Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (Alalc) fue el primer tratado en reunir a más paÃses de la región
En 1969 comenzaron a surgir alternativas al Alalc para integrar a paÃses con economÃas similares. Esta propuesta se mantiene hasta ahora, con la vigencia de cinco tratados principales en asociación por cercanÃa geográfica, convenios comerciales o similitudes en sus economÃas.
En sustitución de la Alalc nació el tratado que es hoy en dÃa el más integrador en Latinoamérica: la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi). La misma está conformada por trece paÃses: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, Ecuador, México, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela. Nicaragua se encuentra en proceso de revisión para convertirse también en miembro de dicha asociación.
La Aladi tiene como fin la creación de un área económica común para los paÃses que lo conforman. Dentro de sus apartados destacan la preferencia arancelaria a productos originarios de los paÃses miembros del tratado, asà como también los acuerdos de alcance regional y parcial. A diferencia del antiguo Alalc, la Aladi permite a paÃses ajenos al tratado adherirse al mismo en acciones parciales, asà como también la participación de la asociación como institución en los movimientos de cooperación horizontal entre paÃses en vÃas de desarrollo.
Del Tlcan al Mercosur
En el último año, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan o Nafta, por sus siglas en inglés) ha estado en el ojo del huracán. A pesar de ser uno de los tratados más nuevos de la región, el acuerdo que pactaron en 1992 Estados Unidos, Canadá y México es uno de los cimientos fundamentales en el negocio mexicano de la moda.
El Tlcan entró en vigor en 1994 y, con ello, México logró multiplicar por cinco los intercambios con Estados Unidos, incrementando sus exportaciones al gigante americano a un ritmo anual del 8%. Actualmente, México es el tercer socio para Estados Unidos, sólo detrás de China y Canadá. En términos generales, el Tlcan beneficia a catorce millones de trabajadores y genera unos ingresos diarios promedio de 1.200 millones de dólares en intercambios comerciales entre los tres paÃses que lo conforman.
El acuerdo brinda a las empresas de Estados Unidos, Canadá y México un mejor acceso a los insumos, materias primas, tecnologÃas y capitales de inversión. En cuanto a moda, el Tlcan destaca que cada uno de los miembros del acuerdo deberá eliminar progresivamente sus aranceles sobre bienes textiles y del vestido y que se apliquen las reglas de origen estipuladas en el tratado. Este último destacado ha sido uno de los puntos de discusión en la renegociación del Tlcan, cuya credibilidad se ha puesto en duda con el ascenso de Donald Trump a la Casa Blanca. Desde el pasado agosto, México, Canadá y Estados Unidos han tenido varias reuniones para actualizar el acuerdo comercial.
La normativa de origen es uno de los puntos más polémicos en la revisión del Tlcan entre EEUU, Canadá y México
La moda fue uno de los sectores, junto al automotriz, la quÃmica y la farmacia, que se manifestaron a favor de revisar la normativa de origen. Dicha norma establece que, para que un producto pueda circular libremente entre los tres paÃses, la mayor parte su fabricación debe haberse realizado en México, Estados Unidos o Canadá. El textil, el calzado y la confección están incluidos dentro estas las reglas de origen no preferenciales del Tlcan, es decir, normas que exigen que los productos que se intercambian entre los tres paÃses deben ser producidos con materia prima local, desde el hilo hasta la confección.
Otro de los tratados más populares de la región es el Mercado Común del Sur (Mercosur), aunque durante muchos años su viabilidad se ha puesto en tela de juicio. Creado el 26 de marzo de 1991 en Asunción (Paraguay), el Mercosur está conformado por Argentina, Brasil, Bolivia, Paraguay, Uruguay y Venezuela. El tratado cuenta también con estados asociados, entre los que se encuentran Chile, Ecuador, Perú, Colombia, Guayana y Surinam.
El bloque tiene como objetivo proporcionar un espacio de oportunidades comerciales e inversiones a través de la integración competitiva de los paÃses miembro. Sin embargo, el tratado se ha enfocado a resolver problemáticas de tipo migratorias, laborales, culturales o sociales, más que económicas.
México, Colombia y Venezuela pactaron el G-3 en 1995, pero Venezuela se retiró en 2006
Previo al desarrollo del Mercosur, varios de los paÃses que figuran como miembros invitados del mismo conformaron en 1969 la Comunidad Andina (CAN). Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador y Perú firmaron el Acuerdo de Cartagena con el propósito de lograr la integración y cooperación económica y social de los paÃses adheridos.
A pesar de haber incorporado en 1973 a Venezuela, la CAN cuenta hoy en dÃa con sólo cuatro miembros, ya que el paÃs bolivariano y Chile se retiraron en la década de los setenta. De acuerdo con los últimos datos disponibles, los paÃses que conforman el acuerdo exportaron en 2013 un total de 137.991 millones de dólares al resto del mundo. Actualmente, Chile, Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay son paÃses asociados al CAN.
En cuanto a las economÃas de Centroamérica y el Caribe, los paÃses de esta región también cuentan con una unidad comercial. En 1975 el Convenio de Panamá dio inicio al Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe (Sela), que incluye a otros quince paÃses. El Sela tiene como objetivo primordial impulsar a los paÃses miembro fuera de la región latinoamericana.
Otra de las asociaciones de envergadura de la región es el Grupo de los Tres o G-3, conformado por México, Colombia y Venezuela, que nació en 1995. Desde entonces, el tratado ha generado un mercado de 149 millones de consumidores y sus bases establecen la reducción del 10% de las tasas arancelarias a diez años. En 2006, Venezuela abandonó el G-3 para unirse al Mercosur, por lo que la alianza se transformó en una relación bilateral entre México y Colombia.
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