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13/10/17 | Noticias

Alfonso Rojas: "La Argentina tuvo el freno de mano puesto en temas de comercio durante mucho tiempo"

Image Por Ana Belén Ehuletche

En un mundo que cada vez demanda más integración para hacer negocios, América latina tiene muchos desafíos por enfrentar. Las ventanillas únicas que dinamizan el comercio y reducen costos comienzan a asomar en la región, pero de manera dispar.

Para el mexicano Alfonso Rojas, titular de la Asociación de Agentes Profesionales de Aduanas de las Américas (Asapra), los organismos, que se ubican estratégicamente en terminales internacionales de transporte de mercancías, avanzan en términos informáticos, pero las otras dependencias con las que necesariamente se vinculan van quedando "rezagadas". Por el momento, México y Ecuador marcan el paso, mientras Estados Unidos debate puertas adentro cómo y con quién negociará.
"La aduana somos todos, por eso tenemos que ir hacia un fin común y la Organización Mundial de Aduanas ha sido muy clara al marcar los objetivos: ventanilla única, análisis de riesgo, clasificación del comercio, todos en esa dirección", señala Rojas.
Tras exponer sobre las nuevas tendencias para los despachantes en un seminario organizado por el Centro de Despachantes de Aduana, Rojas destaca el rol del Estado en el desarrollo de infraestructura, carreteras y puertos y asegura que "los temas de política de comercio internacional tienen que ser parte del proyecto de nación, no porque cambian los gobiernos cambian las estrategias, y hay que seguir avanzando en el mismo sentido".
-¿Hay que fortalecer la visión regional?
-Sí, definitivamente hay que fortalecerla, porque tenemos temas que están desparejos. Algunos países de la región han avanzado de manera acelerada, pero hay otros que se van rezagando. En la región tenemos un problema: la alta rotación del director de aduanas en los distintos países hace que el grado de avance no sea tan ágil como quisiéramos. Además, en muchos países son cargos políticos, no de carrera, por lo que llega gente con mucha experiencia en gestión, pero que tiene que aprender el tema aduanero, y eso nos va rezagando. Como ejemplo tenemos el tema de ventanillas únicas. En América tenemos dos, que han tenido muy buenos resultados. Por un lado México, que está en la versión 2.0, y Ecuador, que quizá tenga la mejor ventanilla única de la región. Mientras, Estados Unidos, un país con muchos recursos, no la pudo sacar en el gobierno pasado. Sin embargo, acaba de haber cambio de comisionado de aduanas y ahora ya se piensa en una ventanilla regional, pero bueno, primero hay que tenerlas. Por eso tenemos que pensar cómo la regionalizamos.
-¿Es posible en el corto plazo?
-Estados Unidos ya piensa en una ventanilla con Canadá; si pensáramos en un futuro una ventanilla única del Cono Sur, me hace mucho ruido y, sin embargo, la ventanilla única no es nada más que la interrelación con todas las otras dependencias. Con la Aduana no hay problema porque sigue avanzando, a través de sistemas informáticos, pero las otras dependencias han quedado atrasadas y tenemos algunas regulaciones de otras áreas que tienen que ver, como sanidad animal, vegetal, salud, defensa, entre otras, y esas otras dependencias están muy rezagadas porque dentro de sus prioridades no están los temas aduaneros. Entonces, se van quedando y esto vuelve más lento el comercio.
¿Seríamos más competitivos en bloque?
-Sin ninguna duda, porque hoy por hoy, para ser competitivos, tienen que ser competitivos el país y la región. No se puede competir con el mundo y competir con Asia pensando aisladamente, se tiene que estar bien integrado, tener una economía muy delgada, no tener costos logísticos excedentes, tener buenas infraestructuras, puertos y legislaciones, por eso creo sinceramente que nos falta mucho. Las experiencias de ventanilla única dan cuenta de agilización de tiempo y? time is money. Que aún se hagan ciertas regulaciones y ciertas firmas de documentos físicos hace lento el comercio. En el caso de la Argentina, que compite con su región, un ejemplo muy claro es el vino. Creo que el vino argentino está muy bien posicionado -quisiera que el vino mexicano estuviera así-, pero creo que los chilenos han sabido hacerlo mejor. Chile tiene procedimientos muy ágiles, transparentes, no hay corrupción. Es un modelo interesante. Cada quien tiene lo suyo, pero en procedimientos aduaneros Chile tiene procedimientos muy dinámicos, México también y Estados Unidos, por supuesto.
-¿Cómo ve a la Argentina?
-Bien, durante mi visita al país he escuchado un buen diagnóstico. Veo una integración con el sector privado y estoy de acuerdo, porque me opongo a que el sector público crea que es el dueño del balón. Tiene que haber una integración de equipo. Vi los gráficos de los movimientos de exportación e importación y creo que a partir de 2011 viene la baja, les va a costar trabajo recuperar esos años de caída. Pero se deben seguir las nuevas tendencias, ya no puede haber personalismo, ya no puedes ser tú el que da el pase y el remate. Por lo menos escuché que hay diálogo y que se trabaja en equipo, así creo que avanzamos.
-¿Y qué sucede en la región?
-En la región del Cono Sur... ¡pobre Brasil! Despegó, fue el caballo que primero arrancó, pero no es un modelo a seguir. Hay un dicho en México: "Más vale paso que dure que trote que canse". Chile tiene cosas muy buenas, quizá no esté en su mejor momento; la Argentina atraviesa una transición importante; Uruguay es un país muy pequeño, y Paraguay tiene problemas con sus temas de transparencia, cada uno tiene sus asuntos.
-¿Qué recomendación ofrece para dinamizar el comercio?
-Como soy pro comercio, creo que los países que crecen más rápido económicamente son los países abiertos a él. La Argentina tuvo el freno de mano puesto en temas de comercio mucho tiempo y la baja se ve en las gráficas. Van a tener que pagar ese precio para recuperar los niveles de 2010-2011. En mi país, México, desde 1993 empezaron a proliferar los tratados de libre comercio y cada año se mueve más comercio en importaciones y exportaciones.
-¿Qué significó Trump para el comercio mexicano?
-Con Donald Trump se sigue aumentando, queremos que se renegocie el tratado de libre comercio, pero va a ser una gran oportunidad; a veces es importante que te saquen de la zona de confort. Estábamos en luna de miel México, Canadá y Estados Unidos. Pero es importante que, aun haciendo las cosas bien, ese zangoloteo nos haga despertar, porque trajo beneficios a los tres países. Era importante esa sacudida. Claro que todo es perfectible, pero hablamos de cambios ágiles y ya pasaron veinte años? y no es lo mismo. Tenía que venir alguien a repensarlo para mejorarlo, y yo se lo agradezco. Si Trump hubiera querido acabarlo, lo habría hecho como con el Transpacífico de Cooperación Económica [TPP, por sus siglas en inglés].
-¿Qué porcentaje representan las operaciones con EE.UU.?
-México ocupa más del 60 por ciento de exportación a Estados Unidos y es el segundo socio comercial. La relación comercial es importantísima. Se han concretado muchas inversiones norteamericanas, porque en la región México, EE.UU. y Canadá somos una sola economía, y esto no se puede detener.
-¿Pero la relación se tensó?
-De alguna manera, pero hay varios temas: uno es el comercial, que se está renegociando; otro, el muro, que lo veo más mediático. Tanto él como México podrían hacer mañana un muro del tamaño que quieran, pero se me hace absurdo, recuerdo un lema de la OMC que propone que las "fronteras dividen y las aduanas conectan", y en ese sentido creo que debe haber más puentes -con seguridad y control- y menos muros, y otro asunto es el de la reforma migratoria, pero no han sido los peores meses en materia de deportaciones. Además, es un tema que alcanza a toda América latina. De todas maneras, Estados Unidos es un país de migrantes, mientras vemos en las calles las manifestaciones contra negros y latinos, los policías que cuidan a esos ciudadanos son en gran parte negros y latinos. Son brotes de racismo tristes y lamentables.
-¿Es producto de la desigualdad?
-Sí, es evidente la diferencia salarial en primer término, pero son economías muy distintas. Si México tuviera mejores ofertas y condiciones laborales, para que no fuera tan tentador ir hacia allá, no tendría las ventajas competitivas que hoy por hoy tiene. Tenemos que trabajar mucho en generar mejores condiciones para resolver problemas graves, como la desigualdad, la violencia y la pobreza en México, porque eso resolvería la migración.
-¿Qué falta para la evolución de las aduanas?
Necesitamos consistencia, año tras año y gobierno tras gobierno. Los temas de política de comercio internacional tienen que ser parte del proyecto de nación. No porque cambian los gobiernos cambian las estrategias, hay que seguir avanzando en el mismo sentido. Además, el Estado tiene que proveer infraestructura, porque conozco aduanas muy ágiles, pero si no hay carreteras y los puertos ya no dan para más contenedores, se hace imposible. Por último, tenemos que apoyarnos en la tecnología, ver que el porcentaje de canal rojo es la tercera parte, es excesivo para esta época que vivimos. Con las herramientas disponibles, los sistemas de riesgo, tenemos que revisar menos y hacerlo solamente al que realmente corresponde controlar. Esto de "voy a revisar tal porcentaje a ver qué encuentro" es del siglo pasado, ahora tenemos la posibilidad de apuntar con precisión. Se puede definir si a un exportador le reviso todo, porque hay inconsistencias, pero si hay luz verde es verde, no perdamos tiempo, recursos y dinero en controlar empresas que son confiables.

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