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27/03/17 | Interior del pais

Muebles y zapatos, atrapados en la frontera

Image Por Redacción Día a Día

La apertura de las importaciones no es inocua para distintos rubros industriales. Se suma, según las quejas estos sectores, a que la demanda interna ha caído sensiblemente. En Córdoba, dos de los sectores más afectados son el del calzado y el de las fábricas de muebles, con un combo que incluye cierre de fábricas, despidos y suspensiones. Los empresarios piden una apertura más gradual y un alivio fiscal.

Tocan madera. Los fabricantes de muebles de madera de nuestra provincia también están luchando contra la apertura de importaciones, sobre todo desde Brasil y, en menor medida, desde China.

Soledad Milajer, presidenta de la Cámara de la Madera de Córdoba, le dijo a Día a Día que el principal problema lo tienen en los rubros colchones, juegos de dormitorios y sillas. “No hay un ingreso indiscriminado de productos desde el exterior, pero lo cierto es que desde el año pasado se han incrementado mucho las importaciones de muebles”, explicó.

Milajer señaló que esta mayor apertura a la llegada de muebles extranjeros se da, justamente, en momentos en que las ventas en el mercado interno vienen mostrando una baja considerable en los últimos meses. “Como resultado de todo ello, la actividad en nuestras plantas de producción cayó un 35 por ciento promedio, con picos del 40 por ciento en ciertos rubros. Es mucho para poder sostener las estructuras que tenemos”, aseguró.

“No estamos en contra de que haya importaciones, pero pedimos que se cuiden las fábricas locales. Somos un sector mano de obra intensiva, con empresas de más de 150 empleados, y tenemos cuidar el empleo”, entendió.

En 2016, medidas en dólares, las importaciones de muebles, asientos y colchones crecieron un 25,2 por ciento respecto del año anterior, tendencia que se mantiene en los primeros meses de este año. También ha sido muy significativa la entrada de tablas de partículas de madera, tipo MDF y aglomerado, sobre todo desde Brasil.

Desde la Cámara de la Madera reconocen que el año pasado hubo empresas que debieron ajustar parte de su personal. No hubo cierre de fábricas, pero sí de aserraderos. Y varias plantas han solicitado Procedimientos Preventivos de Crisis (PPC) como una manera de enfrentar la coyuntura.

“En colchones, el crecimiento de las importaciones llega al 300 por ciento en lo que va de este año. Le pedimos al Gobierno nacional que no se olvide de la industria de este país. Argentina no es sólo el campo”, dijo Milajer. En ese sentido, pidió revisar las estructuras de costos de la industria local, incluyendo la carga impositiva que pesa sobre las empresas.

“La apertura de importaciones debería ser más gradual, para no dañar a las fabricas locales”, reclamó la titular de la Cámara de la Madera.

En la provincia de Córdoba hay alrededor de 800 fábricas de muebles activas, que emplean a 12 mil operarios en conjunto. Muchas de esas empresas están localizadas en ciudades del interior provincial, como San Francisco, Río Cuarto y Villa del Rosario.

Pasos para atrás. La industria del calzado ha sido, históricamente, extremadamente sensible a los vaivenes de la economía. Muy ligadas a la suerte del mercado interno y mano de obra intensivas, las fábricas de este sector atraviesan por estos días una crisis muy severa que no sólo reconoce causas en la baja de las ventas, sino también en un crecimiento vertiginoso de las importaciones llegadas desde Brasil y China.

“Estamos siendo muy afectados por la baja en las ventas, y por los zapatos y zapatillas que llegan desde el exterior. La situación es muy preocupante”, le dijo a Día a Día Hugo Albado, vicepresidente de la Cámara del Calzado de Córdoba.

Según el dirigente fabril, en 2016 las importaciones en este rubro crecieron un 22 por ciento, mientras que en enero de este año se duplicaron, pasando de 1,1 millón a 2,6 millones de pares. “Si esto sigue así, y nadie frena el ingreso indiscriminado desde el exterior, vamos a terminar el año con cerca de 50 millones de pares importados, el doble de lo que ingreso en 2016 y casi la mitad de todo lo que consume el mercado interno”, graficó.

Y esas son sólo las importaciones mayoristas. Albado también se quejó por el ingreso de zapatos y zapatillas que hacen particulares que participan de tour de compras, o por medio de compras on line que llegan vía correo desde otros países.

“En Chile, las zapatillas de marca cuestan un tercio de lo que cuestan acá. Es imposible que compitamos con ese nivel de precios, mientras acá tenemos costos altísimos y una presión fiscal asfixiante”, afirmó el vice de la Cámara del Calzado, quien también denunció que cientos de miles de pares de zapatos se “cuelan” vía contrabando, sin quedar en las estadísticas oficiales.

Y todo esto se ha dado en paralelo a una baja de la demanda interna, del orden del 10 por ciento en 2016, cuando se vendieron 10 millones de pares menos que en 2015.

Como consecuencia, a fines del año pasado cerraron cinco fábricas de calzado sólo en Córdoba, mientras que el resto avanzó con despidos, suspensiones o adelantamiento de vacaciones a su personal. “Tiene que haber algún cambio. Lo que se ve venir es el cierre definitivo de la mayoría de las fábricas”, pronosticó Albado.

En toda la provincia de Córdoba hay unas 200 fábricas de calzado, de distinta envergadura, desde grandes Pymes de más de 100 empleados, a pequeños talleres de 5 ó 6 operarios, que en conjunto emplean a unos 2.000 operarios. En 2011, la época de esplendor del sector, llegaron a sumar 700 las fábricas en actividad.

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