27/08/16 | Noticias
La Argentina es el principal exportador mundial de carne de caballo. Este dato, que para otras actividades representar铆a un gran logro, en este caso genera grandes contradicciones 驴Por qu茅? En principio porque, parad贸jicamente, en nuestro pa铆s no se produce equinos para faena y, sin embargo, los productos llegan de manera peri贸dica a las g贸ndolas europeas a precios gourmet: a 15 euros por kilo (unos 262 pesos, a valores actuales). Una reciente investigaci贸n de la Facultad de Agronom铆a de la UBA (FAUBA) describe los pormenores de esta industria que no tiene consumo local, pero que exporta casi 30 mil toneladas anuales y 80 millones de d贸lares anuales.
El sistema de carne de caballo sorprende por su poco conocimiento y diferencia en importancia dentro y fuera de nuestro pa铆s: 鈥滵esde hace d茅cadas, la Argentina es el principal exportador de esta carne, pero no hay cultura de comer equinos entre sus habitantes. En el 2010, nuestro pa铆s comercializ贸 16,79% de las 140.000 toneladas de este alimento a nivel mundial鈥, afirm贸 Eduardo Barbero, m茅dico veterinario, quien investig贸 este mercado para realizar su tesis en la Maestr铆a en Agronegocios en la FAUBA.
Seg煤n su estudio, en la cadena productiva del caballo existen 谩reas y actores delimitados claramente, pero la falta de informaci贸n y el registro en las primeras transacciones caracterizan a este sector como marginal y oscuro, partiendo de que no existe producci贸n espec铆fica para faena: 鈥淟os caballos que terminan su vida 煤til son los que van al frigor铆fico y provienen de campos, clubes h铆picos o de las fuerzas armadas, entre otros or铆genes. Encontramos 212.000 establecimientos registrados en el Senasa, con 2,5 millones de caballos declarados, pero se estima un subregistro de casi un mill贸n de animales鈥.
Al presentar su tesis, Barbero explic贸 que los propietarios de los caballos no pertenecen al sistema de industria c谩rnica ya que participan de manera casual: 鈥渄escartan el caballo y no saben lo que sucede en el resto del sistema. Desde su perspectiva, todo lo que reciben es ganancia y por eso aceptan bajos precios (0,8 peso por kilo). Este primer paso es llevado a cabo por los llamados yeg眉eros que recorren los campo y detectan los caballos que pueden comprar鈥.
Luego se entrega el caballo al 鈥渁copiador鈥, que posee figura legal y estructura para un funcionamiento m谩s continuo: un establecimiento, caballos declarados y registro en el Senasa, obligatorio para entrar a la industria c谩rnica.
En el paso siguiente, los caballos llegan en pie hasta el frigor铆fico y salen envasados al vac铆o y rotulados con las etiquetas de las cadenas comerciales europeas. Los frigor铆ficos eran seis, ubicados en las localidades de Trenque Lauquen, Mercedes (Buenos Aires), Gualeguay (Entre R铆os), en R铆o Cuarto (C贸rdoba) y en otras ciudades de las provincias de R铆o Negro y Chubut. No obstante, todos ellos se repart铆an entre tres grupos econ贸micos que, en 2010, manejaron 78 millones de d贸lares anuales.
Al final de la cadena, a nivel internacional, tambi茅n hay pocos jugadores. B茅lgica compra los mayores vol煤menes de carne de caballo en el planeta. Sin embargo, para el caso de la Argentina, el principal demandante es Rusia, quien paga el menor valor de mercado. En estos casos, el producto argentino se adquiere como commodity y luego los mercados minoristas lo comercializan como un alimento diferenciado.
鈥淢ientras que en la Argentina no se acostumbra comer este alimento, los consumidores del viejo continente cambiaron la visi贸n de la carne de caballo hacia una delicatessen, basados en un producto proteico de alta calidad, altamente palatable, rico en minerales y vitaminas. B茅lgica consume cuatro kilos anuales por habitante, seguido por Holanda con dos kilos y Francia e Italia con 1,7 kilo鈥, ampli贸 Barbero, quien tambi茅n se desempe帽a como funcionario del Senasa.
M谩s all谩 de este aspecto, Barbero subray贸 que, a pesar de ser el principal exportador mundial, la Argentina es tercer jugador en valores recibidos. Esta situaci贸n est谩 asociada a los bajos precios de venta y concuerda con un producto de baja diferenciaci贸n, que en el primer eslab贸n de la cadena se vende como un commodity.
Adem谩s, indic贸 que los importadores a nivel global manejan un gran volumen de compra e informaci贸n, a trav茅s del cual imponen su dominio en los precios. Los frigor铆ficos nacionales lo aceptan, ya que contin煤an obteniendo una ganancia: 鈥淟os actores locales toman una posici贸n de ocultamiento de la informaci贸n y de imagen negativa y no quieren cambiar esa situaci贸n. A valores de 2010, el propietario del animal obtuvo 0,80 peso por kilo del yeguero, quien luego lo vendi贸 por 2,5 pesos al frigor铆fico. A su vez, el frigor铆fico lo vendi贸 en promedio a U$S 3,6 d贸lares el kilo a los compradores europeos, que la distribuyeron a un valor de entre 9 y 16 euros el kilo en g贸ndola鈥, destac贸.
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