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24/06/16 | Noticias

“La barrera sanitaria limita a la exportación”

Image ULISES FORTE

Recuperación de stock.
Forte aseguró que producir carne en Argentina “será un negocio para los próximos 30 años”. “Hay un mundo demandante de alimentos y nosotros tenemos capacidad para hacerlo, y tenemos un mercado interno con una clara cultura carnicera. Tenemos que recuperar 10 millones de cabezas para abastecer al mundo”, dijo.
Detalló que actualmente China es un mercado que “no tiene techo” porque proyectan demandar 10 millones de toneladas anuales, y en Argentina solamente se producen 2,5 millones de toneladas anuales. “Encima no coincidimos en los gustos, porque ellos demandan garrón, brazuelo, cogote y esa carne no tiene demanda en nuestro país”, destacó.
“También, Israel y China son mercados interesantes. No podemos cumplir la Cuota Hilton para Europa con los cortes Premium, y con la apertura de Estados Unidos llega el Caribe que compraría menudencias”, agregó.
En otro párrafo destacó que se debe romper “con el mito” que la venta de carne al exterior subirá los precios internos. “Con mayores ventas se podrían bajar los precios internos porque se complementaria el mercado interno con el mercado externo, porque el mundo no compra asado, tapas de asado, vacío, o carnaza”, indicó.

Caída del consumo interno
Forte confirmó la caída de consumo de carne per cápita en Argentina. “Bajamos 3 ó 4 puntos. Estamos en 56% y el año pasado estábamos en 60%. Seguimos comiendo 110 kilos de carne por año, pero mucha fue reemplazada por el pollo y el cerdo. Igualmente seguimos siendo el país más carnicero del mundo, porque entre comer una hamburguesa con gusto a plástico y un buen bife de chorizo, el argentino no duda”, indicó.
Admitió que la situación socioeconómica incide en la preferencia de los consumidores. “La caída del consumo es preocupante de lo social, porque viene atado al poder adquisitivo. El aumento de las tarifas y la inflación se fue por las nubes, pero el consumo de carne cayó 2 puntos, o sea que la gente lo último que hace es dejar de comer carne”, analizó.
“Hoy vivir es caro y para llegar a fin de mes tenes que empezar a tachar algunas cosas. En vez de comer costeletas se come aguja, y en vez de tapa o costilla, un pollo. Ahora lo del cerdo es desproporcional lo que cobra el productor y lo que cobran los supermercados, es un desfasaje terrorífico donde (los supermercados) la están levantando con la pala”, concluyó.

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