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01/09/15 | Noticias

Más allá de la exportación

Image Por Florencia Carbone | LA NACION

John Adams, coordinador de las charlas técnicas, con un grupo de estudiantes de una escuela agrotécnica de Angola, durante la muestra dinámica. Foto: Florencia Carbone
Menongue, Angola.- Ni bendición ni maldición, más bien insuficiencia. Aquella vieja discusión respecto de si contar con una abundante dotación de recursos naturales puede resultar beneficioso o perjudicial para un país es un análisis incompleto, y nada mejor que ver esta realidad para comprobarlo. Angola es el país del mundo con mayor dotación de tierra cultivable y reserva de agua dulce per capita. Sin embargo, importa el 83% de los alimentos que consume. "Sus rendimientos actuales están cinco veces debajo de donde podrían. Productividad es más conocimiento por metro cuadrado", dice Fernando Vilella, director del Programa de Agronegocios y Alimentos de la UBA.

El ex decano de Agronomía formó parte del grupo de argentinos que hace algunos días viajó hasta Cuando Cubango, la provincia más austral de Angola -y también la más pobre-, a unos 1000 kilómetros al sur de Luanda.

En un poblado situado a unos 15 km de la capital provincial se desarrolló la primera Expo Menongue, una feria organizada por una empresa argentina -Agroland- y una angoleña -4 Finance-. Esta suerte de Expoagro africana empezó a gestarse en enero, durante la visita que hizo un grupo de empresarios angoleños a la localidad bonaerese de 9 de Julio. Yomel, una empresa que fabrica desmalezadoras, rotoenfardadoras y fertilizadoras entre otros equipos, organizó una muestra dinámica.

Desde entonces, Agroland sumó a otras empresas del sector (Apache, Pauni, Vassalli, Cestari, Pulqui, Peón, Cassina, Montenegro y Giorgi) que se agruparon "como si fueran" un consorcio de exportación y acordaron, por caso, que cada firma viajaría con algún producto que no compita con el resto. Además de la feria tradicional, en la que durante tres días hubo exhibición estática y dinámica de maquinarias argentinas, la muestra tuvo condimentos extra, como el rico aporte que hizo un grupo de expertos (productores, profesores universitarios e integrantes del INTA, entre otros), que brindaron charlas a estudiantes de escuelas agrotécnicas y productores angoleños.

MAESTROS ARGENTINOS

Con generosidad y profunda vocación pedagógica, Gustavo Vidal, Ezequiel Moreno, Martín Tressens, Eduardo Ortiz, Ricardo Melgar, Juan Pablo Giubergia, Facundo Tous, Andrés Medina, Juan José Gutiérrez, Carlos Cipolatti, Hernán Ferrari y Vilella, hablaron -e ilustraron con imágenes- desde cómo y por qué dividir un terreno, el uso de una manga o el aporte del alambrado, hasta los beneficios de la siembra directa, la importancia de conocer el suelo en el que se trabaja, el manejo y cuidado del ganado y cómo poner en marcha un emprendimiento apícola.

Además, como muestra de que la movida busca ser mucho más que un proyecto comercial, el grupo donó un laboratorio de suelos, semillas y agua, con equipamiento argentino, que funcionará en el Instituto Medio Agrario, una escuela agrotécnica que funciona a pocos metros del lugar en el que se hizo la feria.

Silvio Brissio, de Agroland, explicó que se trata de "una apuesta a largo plazo en la que el principal esfuerzo no es para vender una cosechadora sino para establecer lazos de confianza que permitan mantener una relación en el tiempo, y en la que todo lo relacionado con la capacitación ocupa un lugar central". Por eso, en las próximas semanas viajará un técnico de la UBA para capacitar a alumnos y productores en el uso del laboratorio y se abrirá un concesionario permanente en Angola que además de vender máquinas y repuestos, brindará capacitación.

Abilio Gaspar, consultor en agronegocios y socio de 4Finance, explicó el por qué de la iniciativa. "A pesar del enorme potencial de Angola, la actividad agropecuaria aún no se desarrolla como podría. Tenemos los recursos naturales pero falta conocimiento y en eso una alianza estratégica con Argentina y Brasil puede ser un gran potenciador porque no sirve de mucho que sólo lleguen máquinas si no hay transferencia de conocimiento".

Como buena parte de los países africanos, Angola sufrió los efectos del colonialismo -en este caso a mano de los portugueses- y luego, las profundas heridas humanas y económicas de una cruenta y prolongada guerra civil entre 1974 y 2002 -el conflicto más largo del continente-.

COLONIALISMO Y GUERRA

"Hace 30 años producíamos buena parte de los alimentos, teníamos autosuficiencia en maíz, arroz y otros granos. Eramos el mayor productor de café del mundo, exportábamos harina de pescado. Con la guerra las capacidades se achicaron y de país productor nos convertimos en consumidor. Queremos modificar esta realidad y para eso es necesario capacitar a nuestra gente. Los campesinos trabajan en condiciones muy arcaicas y tenemos dificultades porque los poblados están muy dispersos y la conectividad es escasa. En eso es fundamental el aporte del Estado mejorando los caminos, financiando infraestructura", comentó Gaspar.

Hablar de Angola remite de modo inevitable a las dos misiones oficiales argentinas, la primera, en marzo de 2012, encabezada por el entonces secretario de Comercio Guillermo Moreno, y la segunda en mayo de ese año, liderada por la presidente Cristina Fernández. En ambos casos, el balance dejó un sabor amargo. Casi como emblema del fiasco, aún está en Angola, abandonada y sin haber podido funcionar nunca, la única cosechadora que llegó a fabricar una empresa entrerriana que exportaría 18 máquinas similares, y que a pesar de haber recibido préstamos del Estado argentino, quebró.

Julio Lascano y Vedia, embajador argentino en Angola desde 2013, explica que "la guerra destruyó toda la cadena productiva. No quedaron ni animales. Es un país con enorme potencial y desde hace un par de años el gobierno puso mucho énfasis en diversificar su economía y sellar alianzas estratégicas con países que más allá de comerciar estén interesados en desarrollar programas de cooperación y transferencia de conocimiento. Argentina figura en esa lista de "socios parejos", como el propio presidente Dos Santos lo dijo en uno de sus discursos". El diplomático contó que en ese grupo también figuran Sudáfrica, Turquía y Brasil, además de India y China, que se han transformado en los principales compradores de petróleo desplazando a clientes tradicionales como Gran Bretaña o Francia.

Al histórico atractivo por su ubicación geográfica (sus costas eran el lugar ideal para hacer base en la ruta de circunvalación de Africa hacia la India), el país suma otros, como ser el primer productor y exportador de petróleo de Africa subsahariana -con lo que sustentaba, antes de la baja internacional del crudo, el 80% del presupuesto anual del gobierno-, y uno de los principales de diamantes -es el tercero en producción, pero mucho se ha hablado de los "diamantes de sangre" debido a que en su explotación se han mezclado las malas condiciones en la que operan los trabajadores, la corrupción y el contrabando-.

El gobernador de Cuando Cubango, Higinio Carnero, cree que los angoleños deben reflexionar por qué razón un país de 40 millones de habitantes puede producir alimento para 400 millones. "La Argentina está preparada desde el punto de vista humano y tecnológico para brindarnos su experiencia y hacer que este territorio enorme pueda beneficiarse de eso, hacer que los empresarios y actores públicos puedan entender mejor la filosofía que debemos aplicar para asegurar una producción de excelencia. Y para eso es clave la intervención del Estado como facilitador, la inversión del sector privado y la capacitación."

Según el funcionario, "la función del gobierno es promover y estimular asociaciones entre privados. El Estado invierte en cuestiones de infraestructura: caminos, puertos, ferrocarril, cuestiones administrativas, sanitarias, en agua y electricidad, en salud, pero en función de eso la parte privada debe intervenir para complementar ese esfuerzo. Más allá de las condiciones del país, la ubicación geográfica de esta provincia permite tener rápidamente una integración regional. Quien invierte aquí debe pensar en el mercado regional, en cómo abastecer a más de 200 millones de personas."

Quienes participaron de la experiencia dicen que esto es apenas el comienzo de una relación que se proponen fortalcer y ahondar a futuro. El tiempo dirá si esta vez las cosas son diferentes.

EL ROL DEL SECTOR PRIVADO

Aún en medio de las dificultades que les genera la marcada pérdida de competitividad de los últimos años (por una combinación de aumento de los costos internos, un tipo de cambio desfavorable y el fortalecimiento del dólar frente a las monedas de países competidores), las empresas argentinas del sector agrícola siguen esforzándose para abrir nuevos mercados y, en muchos casos, sostener los viejos. Buena parte de las firmas que fueron a Angola son empresas familiares, como el caso de Cestari, que la semana pasada cumplió 88 años y que fue representada por Juan Andrés, la tercera generación que en Colón, provincia de Buenos Aires, fabrica tolvas; Molinos Cassina, ubicada en San Justo, Santa Fe, que permitió que por primera vez Tomás Montú (18 años) acompañara a su padre Gustavo; o electrificadores Peón, que a través de Carlos Cipolatti hizo que muchas personas vieran cercas por primera vez en su vida.

LAS CIFRAS DEL PAÍS

Angola tiene 1.246.700 km2 de extensión y alrededor de 22 millones de habitantes; es el país con mejor relación de suelo cultivable y agua dulce per cápita del mundo
Paradojas. A pesar de las ventajosas condiciones naturales, los angoleños importan el 83% de los alimentos que consumen; de los 58 millones de hectáreas con aptitudes agrícolas sólo se explotan 300.000.hectáreas
Proyección. Según proyecciones de organismos internacionales, hacia 2030 África será la región del mundo con mayor déficit de autosuficiencia de alimentos. Angola es de los pocos países en el mundo que podría sumarse al selecto club de los que tienen excedencia: Estados Unidos, Canadá, Argentina, Brasil, Australia y Ucrania
Grandes desafíos. Según los últimos datos publicados, en 2010, 40,% de la población angoleña estaba por debajo de la línea de pobreza; la tasa de mortalidad infantil es de 79,9 muertes cada mil nacimientos (en la Argentina, 9,96 cada mil); la expectativa de vida al nacer es de 55 años (en nuestro país, 77,5 años)

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